El pasado 28 de abril al mediodía en España, así como buena parte de Europa, tuvo lugar un gran apagón. Las siguientes horas sin energía eléctrica fueron cruciales para la actividad ganadera. Según La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, el territorio español sufrió graves pérdidas.
La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos expresó una contundente advertencia tras el apagón eléctrico masivo que afectó a buena parte del territorio español el lunes 28 de abril.
Según la organización, los efectos en el sector ganadero fueron especialmente duros, siendo el sector lácteo como uno de los mayores perjudicados.
En muchas explotaciones lecheras, el corte de suministro paralizó el funcionamiento de equipos clave como los robots de ordeño, sistemas de refrigeración y bombas de agua, todos ellos esenciales para el bienestar animal y la calidad del producto.
Por otra parte, la falta de grupos electrógenos en numerosas granjas rurales —debido a su elevado coste o escasa disponibilidad— agravó aún más la situación.
¿El resultado?: Cientos de granjas que no pudieron realizar los ordeños programados.
En algunos casos, los ordeños se retrasaron hasta la madrugada, mientras que otras explotaciones se vieron obligadas a saltarse turnos, perdiendo hasta 2.000 litros de leche por granja.
A esto se suman daños por la leche estropeada en tanques de almacenamiento, problemas de estrés hídrico por la falta de agua en pozos, e incluso riesgos de mamitis por el exceso de tiempo entre ordeños.
El porcino y el avícola también se vieron afectados, aunque con distinto impacto. En el sector porcino, la falta de grupos electrógenos ha podido causar estrés en los animales y pérdidas de producción, mientras que en el sector avícola, gracias a un mayor nivel de preparación y la disponibilidad de generadores, se evitaron daños mayores. Aun así, hubo disrupciones en mataderos que obligaron a posponer la carga de animales, afectando la planificación de muchas granjas.
Unión de Uniones también alertó sobre la falta de información oficial durante el apagón.
En muchas zonas rurales, la electricidad tardó más del doble en restablecerse respecto a las capitales, alcanzando cortes de hasta 14 horas, cuetión que generó incertidumbre entre los productores, especialmente por el combustible necesario para mantener operativos los generadores.
Además, algunos agricultores reportaron la pérdida de hortalizas ya recolectadas que no pudieron conservarse adecuadamente.
La organización agraria pidió al Gobierno Español y a las comunidades autónomas una evaluación económica urgente de las pérdidas y la puesta en marcha de compensaciones.
También reclamaron que se depuren responsabilidades y se facilite el acceso a seguros asequibles, ya que muchas de estas pérdidas no están cubiertas por los seguros agrarios actuales.
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