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Piroterm, herramienta fitogénica frente al estrés por calor en porcino

El calentamiento global supone una amenaza creciente para la producción animal y el sector porcino, ya que los períodos sostenidos de altas temperaturas son cada vez más frecuentes

Además de las consecuencias del calor sobre el bienestar animal, el estrés por calor puede reducir el rendimiento productivo, comprometer el estado de salud de los animales y amenazar la rentabilidad de los productores porcinos. 

Por todos estos motivos, es importante que los productores tomen medidas para adaptarse a este desafío y así minimizar el impacto del calor en sus producciones.

 

REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA CORPORAL EN PORCINO

Los cerdos tienen un metabolismo elevado y producen un calor considerable, además en comparación con otras especies de animales de granja, los cerdos son más sensibles a las altas temperaturas ambientales porque tienen un tejido subcutáneo grueso, glándulas sudoríparas subdesarrolladas y no jadean de forma eficiente

Tampoco se ha identificado en cerdos el gen UCP1, por lo que no disponen de grasa marrón (parda), dificultando la movilización energética.

Cuando los cerdos no pueden disipar el calor corporal debido a las altas temperaturas ambientales, entran en lo que se conoce como estrés por calor.

La percepción del ambiente termal no depende únicamente de la temperatura del aire, sino que aspectos como su velocidad, humedad, la temperatura de las superficies próximas o la posibilidad de mojar la piel, son factores determinantes en el confort térmico de los animales en general y de las cerdas en particular.

 

Los cerdos responden al estrés por calor activando un complejo de factores fisiológicos, conductuales y mecanismos anatómicos destinados a facilitar la pérdida de calor o minimizar la ganancia de calor del medio ambiente. 

Cuando la sensación térmica aumenta, los cerdos son capaces de disipar el exceso de calor mediante procesos de convección, radiación, conducción y evaporación:

Figura 1. Mecanismos de pérdida de calor a 24o y a 34oC.

(Renaudeau et al., 2014). Adaptado de INRA UMR PEGASE, H. Flageul

IMPACTO DEL ESTRÉS POR CALOR EN LA CERDA LACTANTE

Desde el siglo XIX, los esfuerzos de los genetistas en la industria porcina han conseguido incrementar la productividad, resultando en cerdas con muchos más lechones por parto y produciendo mucha más leche que en el pasado. Además, la selección en crecimiento de los engordes ha acarreado un aumento del peso vivo de las cerdas.

La consecuencia de todo esto es que las cerdas están produciendo más calor, que debe disiparse, sin mucho esfuerzo, para evitar entrar en “estrés”. 

La selección para aumentar la productividad de las cerdas, incluyendo el tamaño y el peso de la camada al destete, ha reducido la temperatura crítica superior de la cerda moderna a aproximadamente 18 ºC (Quiniou y Noblet, 1999) y ha aumentado su producción de calor en comparación con las cerdas anteriores (Brown-Brandl et al., 2014; Stinn y Xin, 2014; Cabezón et al. 2017).

 

Para que las cerdas logren alcanzar un alto porcentaje de su potencial genético para la producción de leche y los subsiguientes pesos al destete de los lechones, además de minimizar la pérdida de peso corporal durante la lactancia, se debe eliminar parte del exceso de calor producido.

La primera respuesta de las cerdas al calor es reducir el consumo de pienso. A temperaturas por encima de la temperatura crítica superior, la ingesta diaria de pienso y la producción de leche en las cerdas lactantes se reducen para disminuir la producción de calor interno. (Quiniou and Noblet, 1999; Cabezón et al., 2017).

El estrés por calor también afecta negativamente la fertilidad, incluida la disminución de las tasas de concepción y el aumento de los días desde el destete hasta el estro (Prunier et al., 1997; Knox et al., 2013; Williams et al., 2013).

Además, las respuestas directas de las cerdas al estrés por calor afectan el crecimiento de los lechones (Renaudeau and Noblet, 2001).

Para intentar tener una visión de conjunto de las consecuencias del calor en cerdas, se ha realizado una revisión de literatura (638 trabajos, 94 seleccionados) y el metaanálisis correspondiente (Bjarne Bjerg, et al 2020).

 

Los parámetros analizados en esta revisión fueron:

Ritmo respiratorio

Gráfico 1. Frecuencia respiratoria en función de la temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).

Mientras la temperatura del aire está por debajo de los 20ºC, la tasa respiratoria media fue de 26 bpm. A partir de los 25ºC la frecuencia respiratoria aumentó en aproximadamente 6 bpm por cada grado que aumenta la temperatura del aire.

Temperatura rectal

 

Gráfico 2. Temperatura rectal en función de la temperatura del aire.

La temperatura rectal aumentó aproximadamente 0,075 ºC/ºC de aumento de la temperatura ambiental, y esta cifra aumentó a 0,099 ºC/ºC cuando las comparaciones incluyeron sólo los estudios en los que el grupo de baja temperatura, ésta fue superior a 20ºC.

Temperatura de la piel

La temperatura de la piel en el flanco, la espalda y la ubre aumentó en promedio 0,29 ºC por ºC de aumento de la temperatura del aire incluyendo todos los estudios.

Gráfico 3. Temperatura de la piel en función de la

temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).

Consumo de pienso

De media, la ingesta de alimento disminuyó en 230 g /día y ºC. Sin embargo, no se observó un efecto significativo de la temperatura del aire cuando las cerdas se expusieron a una temperatura por debajo de 27 ºC. Cuando las cerdas se expusieron a una temperatura del aire de 27 ºC y superior, la ingesta diaria de alimentación se redujo en 270 g /día y ºC.

Gráfico 4. Consumo en función de la temperatura

de aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).

Producción de leche

La producción de leche disminuyó una media de 184 g/día y ºC. Sin embargo, ninguno de los estudios presentó resultados que indicaron un efecto estadísticamente significativo de las temperaturas del aire por debajo de 27 ºC.

Tabla 1. Reducción de la producción de leche a temperaturas a temperaturas del aire elevadas (Bjarne Bjerg, et al 2020).

Pérdida de peso

Gráfico 5. Perdida de peso en función de la

temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).

La pérdida de peso corporal de las cerdas aumentó en 1,5 kg/ºC durante la lactación. De forma similar a los resultados presentados para la ingesta de alimento y la producción de leche, no se encontraron efectos significativos de las temperaturas del aire por debajo de 27 ºC para la pérdida de peso.

Como resumen de todo lo anterior, podríamos decir que a partir de 21,5 ºC es probable que las cerdas comienzan a responder al calor:  A partir de 20ºC se incrementa el ritmo respiratorio, la temperatura rectal y de la piel, disminuye el consumo de pienso y aumenta la pérdida de peso de la cerda. A partir de 25-27ºC disminuye la producción de leche y disminuye el peso de la camada. 

Gráfico 2. Intercambio térmico (calor) entre un cerdo y su con predicción de diferentes

estrategias de refrigeración en relación con el intercambio de calor (Mayoraga et al. 2018).

Ganancia de peso de la camada

Gráfico 6. Ganancia de peso de la camada en función

de la temperatura del aire (Bjarne Bjerg, et al 2020).

A partir de una temperatura ambiental de 25ºC, la ganancia de peso diaria de la camada disminuyó de media 49 g /día y ºC (incluyendo todos los estudios)

Con los datos anteriores, en el caso de la cerda lactante sometida a una temperatura de 27ºC, el efecto sobre su productividad sería el siguiente:

Tabla 2. Resumen del efecto de una temperatura de 27oC sobre los

parámetros productivos de la cerda lactante (Bjarne Bjerg, et al 2020).

Si tenemos en cuenta que las cerdas lactantes prefieren una temperatura de 15–18 °C (Park and Oh 2017), la mejor manera de combatir el calor es disponer de instalaciones adecuadas

PIROTERM, LA SOLUCIÓN FITOGÉNICA PARA MITIGAR EL EFECTO DEL ESTRÉS POR CALOR EN LA CERDA

En algunas situaciones, especialmente en el caso de instalaciones viejas, no se disponen de las instalaciones adecuadas que permitan el confort térmico de las cerdas. 

Considerando que la cerda, en condiciones de temperaturas por encima de la crítica superior, debe reducir la producción de calor interno para mantener, en lo posible, la ingesta de pienso y la producción de leche, la utilización de algún producto capaz de reducir la temperatura de la cerda, podría mitigar los efectos adversos de las altas temperaturas

Como ejemplo de la ayuda que pueden suponer la utilización de este tipo de productos en el pienso se realizó una prueba de campo en el sureste de España durante los meses de julio y agosto de 2022 con el producto comercial Piroterm (aditivo fitogénico basado en un extracto de origen vegetal rico en aceites esenciales, polisacáridos, saponinas, flavonoides, esteroles, ácidos orgánicos, polioles, coumarinas, lignanos, alcaloides, ácidos grasos, aminoácidos y sesquiterpenos).

Durante la prueba, la temperatura media diaria en la zona fue de 26.7ºC, oscilando entre los 19.4 y los 40.2ºC

El número de cerdas lactantes en el experimento fue de aproximadamente 700 (17% primer parto), divididas en dos grupos dependiendo si el pienso contenía o no Piroterm.

Los resultados de campo que pudieron medirse indicaron lo siguiente:

Tabla 3. Parámetros productivos en la cerda tras la suplementación del pienso de lactación con Piroterm.

Las cerdas nulíparas suplementadas con Piroterm destetaron 0,54 lechones más (p=0,01)

El intervalo destete-cubrición de todas las cerdas, fue de 1,25 días menos en el caso del grupo Piroterm (5,71 días vs 6,96 días p=0,005)

El % de cerdas cubiertas a los 7 días post-destete fue de 10 puntos mejor en el grupo Piroterm (92,3% vs 83,6%)

Mejor respuesta primerizas (84,8% vs 73,6%, 15 puntos más)

Que en multíparas (93,2% vs 83,6%, 8 puntos más)

CONCLUSIÓN

Los resultados de esta prueba de campo mostraron que, en condiciones de calor, Piroterm puede ser una buena ayuda para mitigar sus efectos negativos, con mejoras en la productividad de las cerdas: mayor número de lechones destetados y mejores parámetros reproductivos.

 

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