Las algas pertenecen en un gran grupo de organismos autótrofos y pueden ser unicelulares (microalgas o fitoplancton) o multicelulares (macroalgas) con un tamaño de 0.2-2.0 micrones hasta y 60 m, respectivamente. Se reproducen con división simple y debido a su sencilla estructura crecen más rápido que cualquier otra planta, por lo que se caracterizan por ser las plantas más productivas del planeta (Marsall, 2007):
- En comparación con las semillas oleaginosas tradicionales, las algas pueden producir cinco veces más biomasa por hectárea.
Existe alrededor de 320.500 especies de algas. En los últimos años la cantidad macroalgas cultivadas o nativas utilizadas en la industria asciende a 7,5-8 millones toneladas por año (Becker, 2007).
Composición nutricional de las algas
El valor nutricional de las algas depende de su tamaño, su digestibilidad, presencia de sustancias tóxicas y su composición química (Becker, 1994).
Las algas constituyen notable fuente de proteínas, con un contenido de 10-15% en la macro- algas (Oliveira et al., 2009) y 28-71% en microalgas. Además, el contenido de ciertos aminoácidos como lisina, metionina, triptófano, treonina, valina, histidina e isoleucina, es comparable con el de huevo o de semillas de soja. [registrados]
- La digestibilidad de las proteínas varía con las especies de algas, la época del año y la presencia de fenoles o polisacáridos, así como la especie animal a la que se le administre (Goni et al., 2002).
Fleurence (1999) observó que el contenido de proteína en las algas era más alto al final de los meses de invierno y más bajo durante los meses de verano.
Las grasas de las algas marinas van desde 1-40% (Borowitzka, 1988), los ácidos grasos pueden ser saturados o insaturados.
Particularmente, las algas espirulina contienen ácido linolénico en un 20-30% , mientras que el alga roja Porphrìdium cruentum es una de las fuentes más ricas de ácido araquidónico, -36% de las grasas totales a 25°C, mientras que a 16°C aumenta en 60%.
- Muchas especies de algas pueden producir aceites de estructura similar a los de los vegetales, por ejemplo soja.
Las diferentes especies de algas son muy buenas fuentes de celulosa, con un contenido de 35-50 g/100 g en materia seca (Lahaye, 1991).
El contenido mineral es suficiente alto (13-25%) en comparación con otros organismos vegetales (5-10% – USDA 2001).Su contenido tanto en macronutrientes (Na, K, Ca, Mg) como en oligoelementos (Fe, Zn, Mn, Cu) son altos, 8- 17g/100g de algas y 5,1-15,2 mg/100g de algas, respectivamente.
- Además, las algas contienen cantidades notables de Yodo (0,1-1,1%).
Las algas contienen pigmentos y de hecho, las algas marinas son una de las fuentes más ricas tanto en clorofila (0,5-1,5% de la materia seca) así como en carotenoides (0,1-2% de materia seca), entre los cuales se encuentran: β-caroteno, licopeno, zeaxantina tuyo, astaxantina y luteína.
- También se sabe que algunas algas producen antibióticos, mientras que otras contienen fenoles conocidos por sus propiedades antimicrobianas (Becker 1994).
Se pueden encontrar varias sustancias en las algas con acción tóxica o con propiedades anti-nutricionales. Un ejemplo de agentes tóxicos para los animales incluye a las lectinas, que se unen a los glóbulos rojos. Entre los factores anti-nutricionales encontramos a los que obstruyen la acción de las enzimas tripsina y α-amilasa, así como etanoles y ácido fítico (Rehman y Shah, 2004).
Se detectaron metales pesados en varias especies de algas, algunos considerados tóxicos, como cadmio, cromo, níquel y vanadio en niveles relativamente altos (Oliveira et al., 2009).
Uso de algas marinas en la nutrición animal
- Rumiantes
- Además, la administración de este tipo de macroalgas en la dieta terneros infectados con E. coli, resultó en una reducción de la concentración de estos microorganismos patógenos en heces de animales (Bach et al., 2008).
En los últimos años se han utilizado algas en la dieta de los rumiantes con el fin de proporcionar ácidos grasos valiosos para la salud humana.
Franklin et al. (1999) ha demostrado que la adición de microalgas (Schizochytrìum sp.) en las dietas de vacas lecheras, resultó en un aumento en el contenido de ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido linoleico conjugado (CLA) en la grasa de la leche, al tiempo que reduce el contenido de ácidos grasos saturados.
- Monogástricos
Los hallazgos de McHugh (2003) son similares, con un porcentaje del 3% de algas añadidas a la dieta de los lechones.
Grigorova et al. (2006) encontraron que la incorporación de microalgas, Chlorella, al 2% y 10% en la dieta de las gallinas ponedoras resultó en un incremento en el contenido de ácido linolénico (omega-3) en la yema del huevo, especialmente cuando el porcentaje de algas marinas añadidas a la dieta fue 10%.
Carrillo et al. (2008), incorporaron macroquistes (Macrocystispyrìfera) al 10% en la dieta de las gallinas, encontró un aumento en la altura de la albúmina y, al igual que los investigadores anteriores, un incremento en el contenido de ácidos grasos omega-3. Además, la adición de esta especie de alga en los alimentos de las gallinas ponedoras reforzó el color de la yema de huevo.
- Por el contrario, Christakis et al. (2006) informaron que la administración de extracto de macroalgas de Ascophyllum nodosum en pollos de engorde en cantidad de 20kg/tonelada de alimento, produjo una mejora significativa en la conversión alimenticia en relación con el grupo de control.
En conclusión, las algas, estas simples acuáticas, organismos fotosintéticos, podrían ser utilizadas en la nutrición de animales por sus importantes propiedades, principalmente como reemplazo parcial de las fuentes de proteína vegetal♦
Fuente: CHRISTAKI (Ε. ΧΡΗΣΤΑΚΗ), E., KARATZIA (Μ. ΚΑΡΑΤΖΙΑ), M., & FLOROU-PANERI (Π. ΦΛΩΡΟΥ-ΠΑΝΕΡΗ), P. (2017).
The use of algae in animal nutrition. Journal of the Hellenic Veterinary Medical Society, 61(3), 267-276.
https://doi.org/10.12681/jhvms.14894
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