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Una nutrición ovina eficaz es crucial para la producción de carne, leche y lana. Por los numerosos factores que influyen en este proceso, surge la necesidad de utilizar herramientas para optimizarlo.
El estrés oxidativo se produce cuando hay un desequilibrio entre la producción y la eliminación de agentes oxidantes, lo que provoca su acumulación.
Cuando esto ocurre en el organismo, las células sufren daños directos, por ejemplo a través de la fragmentación del ADN y la pérdida de integridad de la membrana plasmática.
Este daño se ha relacionado con un bajo rendimiento productivo.
Como este estrés oxidativo puede comprometer la integridad de las células, el uso de herramientas que puedan actuar como un escudo protector, reduciendo el daño celular y manteniendo la viabilidad del metabolismo es esencial.
Esto también influye en la calidad reproductiva, ya que proporciona una mayor protección y durabilidad seminal. En este contexto, los antioxidantes son elementos clave para promover la fertilidad y el mantenimiento de la calidad reproductiva de las ovejas.
Los antioxidantes son sustancias que protegen a las células contra los efectos de los radicales libres producidos por el organismo. También pueden favorecer al sistema inmunitario y prevenir enfermedades.
La inclusión de estas sustancias evita la oxidación de los aceites y vitaminas, garantiza alimentos seguros, ayuda a mantener la salud intestinal y en consecuencia, permite al animal expresar todo su potencial, aprovechando al máximo las condiciones a las que están expuestos.
Una buena nutrición del ganado ovino repercute en el rendimiento productivo, como el rápido aumento de peso y la la calidad de la carne. Además de minerales las ovejas necesitan vitaminas esenciales para el buen funcionamiento del organismo. De lo contrario, pueden producirse graves problemas de salud en el rebaño.
La vitamina A, conocida como “vitamina epitelial” o retinol, es indispensable para los ovinos, ya que actúa en la formación y mantenimiento de la integridad de la piel y de la mucosa conjuntiva, bronquial, vesicular y uterina.
Ayuda a la producción del pigmento de la visión y el metabolismo de las células receptoras de luz en la retina, lo que está directamente relacionado con el fotoperíodo y la reproducción en las ovejas hembras.
Contribuye a la espermatogénesis, ayuda a mantener el esqueleto, además de contribuir al desarrollo óseo.
La deficiencia de vitamina A puede observarse en corderos nacidos de ovejas deficientes en este nutriente, porque nacen con reservas reducidas de vitamina A y dependen únicamente del suministro de calostro de la madre que es la única fuente de vitamina A en los primeros años de vida.
Cuando esto ocurre, es frecuente observar signos clínicos como diarrea, secreción nasal, lagrimeo excesivo e incluso incluso incoordinación motora.
La vitamina A no es sintetizada por el rumen, ni se encuentra libremente en alimentos vegetales. Sin embargo, en los forrajes se encuentra el β-caroteno, uno de sus precursores más importantes.
El β-caroteno se considera una provitamina y sufre cambios químicos en la mucosa intestinal, donde se absorbe junto con lípidos en forma de vitamina A.
Su valor como potencial transformador de la manada es bastante significativo, dado que los rumiantes tienen una capacidad de conversión del 24% (1 mg de β-caroteno equivale a 400 UI de vitamina A).
Los estudios indican que la suplementación de esta vitamina puede mejorar la calidad seminal de los carneros. Esto tiene un impacto directo en la viabilidad del semen congelado, que necesita un mayor apoyo protector.
La vitamina A refuerza el sistema inmunitario en general, aumentando también la resistencia contra las infecciones uterinas, lo que es crucial para garantizar un embarazo satisfactorio y un posparto con la menor incidencia de complicaciones como retención de placenta.
También protege la salud de la ubre, reduciendo la incidencia de mastitis y aumentando la tasa de recuperación de animales afectados.
Garantizar una suplementación adecuada de vitamina A en la dieta de las ovejas es esencial para proporcionar mayores índices de producción y menores costes de los tratamientos terapéuticos.
Durante la estación lluviosa, cuando el clima es cálido, las forrajeras tienen una buena cantidad de β-caroteno.
Sin embargo, en la estación seca, la situación se invierte y el animal acaba utilizando su reserva del tejido hepático.
Por lo tanto, es esencial suplementar la dieta para mantener niveles saludables para el metabolismo.
Los alimentos ricos en vitamina A como los pastos frescos, pueden combinarse con suplementos específicos. En animales confinados, la vitamina A no se almacena en cantidades apreciables en el cuerpo debido al hecho de que los animales tienen en su dieta grandes cantidades de alimentos concentrados y conservados, que son bajos en esta sustancia.
Además, en confinamiento las ovejas crecen más rápido, por lo que en estos casos requiere más atención a la suplementación.
La dosis recomendada varía según la fase reproductiva y las condiciones individuales del rebaño.
En primer lugar, es necesario ofrecer volumen de la mejor calidad posible a los animales, de modo que la absorción sea suficiente.
En los machos reproductores es evidente:
En resumen, la vitamina A desempeña un papel importante en la salud reproductiva de las ovejas. Los ganaderos pueden aprovechar los beneficios de esta vitamina incorporando estrategias nutricionales que que garanticen niveles óptimos de tocoferol en el rebaño.
Con un enfoque equilibrado centrado en la salud reproductiva, la vitamina A ha demostrado ser una valiosa aliada en la producción ovina.