El Gobierno ha aprobado una modificación del Reglamento General de Vehículos que aumenta la carga máxima autorizada para camiones de 40 a 44 toneladas.
El Gobierno ha aprobado una modificación del Reglamento General de Vehículos que aumenta la carga máxima autorizada para camiones de 40 a 44 toneladas.
La medida, publicada en el Boletín Oficial del Estado el pasado 23 de julio, responde a una demanda histórica del sector y será aplicable únicamente en el transporte nacional de mercancías.
Aunque la norma entró en vigor al día siguiente de su publicación, el nuevo límite de masa máxima autorizada (MMA) se aplicará a partir del 23 de octubre de 2025 para vehículos articulados y trenes de carretera de cinco o más ejes.
Además, en operaciones de transporte intermodal, que combinan carretera con otros modos como ferrocarril o marítimo, el tope podrá alcanzar las 46 toneladas.
La reforma también elimina la necesidad de autorización específica para los conjuntos euromodulares o duo-tráilers de hasta 72 toneladas y 32 metros de longitud, siempre que cumplan los requisitos técnicos establecidos por la Dirección General de Tráfico.
Estos cambios, junto con la ampliación de la altura máxima hasta 4,5 metros para ciertos transportes (animales vivos, pacas de paja, suministros a industrias cercanas), entran en vigor de forma inmediata.
La aplicación se limita al transporte nacional, manteniéndose los límites europeos para operaciones internacionales. Los vehículos ya preparados técnicamente para las 44 toneladas no deberán actualizar su ficha técnica de forma inmediata, pudiendo hacerlo en su próxima inspección ITV.
Entre los beneficios, destaca la mejora en eficiencia y sostenibilidad. Según datos de AECOC y la Universidad Politécnica de Cataluña, el nuevo límite podría reducir hasta 129.340 toneladas de CO₂ anuales y evitar más de dos millones de viajes, optimizando la productividad y mitigando la escasez de conductores.
No obstante, también se prevén mayores costes operativos. Se advierte que el incremento de peso implica más consumo de combustible y tiempos de carga-descarga más largos.
La Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) estima que los gastos por vehículo podrían subir entre un 14% y un 18%, lo que obliga a revisar los contratos para que los sobrecostes no recaigan únicamente en los transportistas.
El sector pide además que se aumente el límite de gasóleo profesional, actualmente en 50.000 litros anuales, para evitar perjuicios económicos a las flotas más cargadas.
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