El uso de insectos como ingrediente en la alimentación animal está en auge debido a sus beneficios nutricionales, ambientales y económicos.
El uso de insectos como ingrediente en la alimentación animal está en auge debido a sus beneficios nutricionales, ambientales y económicos.
Con el incremento de la demanda global de proteína sostenible, los insectos representan una solución innovadora para la industria agropecuaria.
Los insectos son ricos en proteínas de alta calidad, grasas, vitaminas y minerales esenciales. Algunas especies, como el gusano de la harina (Tenebrio molitor) y la mosca soldado negra (Hermetia illucens), poseen niveles de proteína comparables a la harina de pescado y la soya.
Sin embargo, no todos los insectos ofrecen los mismos beneficios, ya que sus diferencias biológicas afectan la composición nutricional y la aplicación en la formulación de alimentos.
Comparados con fuentes tradicionales de proteína, los insectos requieren menos agua, espacio y alimento, y generan menores emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, pueden criarse con subproductos agroindustriales y residuos orgánicos, contribuyendo a una economía circular y reduciendo la contaminación.
Desde un punto de vista evolutivo, el Tenebrio molitor ha desarrollado su ciclo de vida en almacenes de alimentos, mientras que la Hermetia illucens se alimenta de desechos orgánicos, lo que influye en sus perfiles nutricionales.
La primera tiene una composición rica en ácidos grasos insaturados beneficiosos para la salud animal, mientras que la segunda presenta un contenido graso más elevado y ácido láurico con propiedades antimicrobianas.
Diversos sectores han incorporado harinas y aceites de insectos en la formulación de alimentos.
En acuicultura, se utilizan como reemplazo parcial de la harina de pescado, proporcionando un perfil de aminoácidos equilibrado. En avicultura y ganadería porcina, su inclusión mejora el crecimiento y la salud de los animales.
Estudios han demostrado que los productos derivados de Tenebrio molitor ofrecen una digestibilidad superior al 90%, con proteína bruta de hasta un 67%, mientras que la Hermetia illucens posee menor contenido proteico, pero mayor porcentaje de grasa.
A pesar de su potencial, la adopción de insectos en la alimentación animal enfrenta retos como la regulación sanitaria, los costos de producción y la aceptación del mercado.
Sin embargo, con avances en tecnología y normativas claras, se espera que el uso de insectos continúe expandiéndose como una solución sostenible y eficiente para la industria agropecuaria.
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