FRUCTOOLIGOSACÁRIDOS
Los fructooligosacáridos en los alimentos para animales pueden ayudar a combatir las enfermedades relacionadas con los virus.
Sin duda alguna, el intestino grueso juega un papel central en la inmunidad animal en general. Este eje huésped-microbiota funciona a través de varios mecanismos, incluido el sistema GALT (Tejido Linfoide Asociado con el Intestino).
Una microbiota saludable del intestino grueso puede activar directa o indirectamente ciertos componentes de la inmunidad del colon en beneficio del animal huésped.
La “normobiosis” se define como un estado en el que la microbiota intestinal se encuentra en un equilibrio beneficioso, lo que proporciona competencia contra posibles amenazas patógenas.
Las bifidobacterias y ciertas especies de Lactobacillus son un grupo importante de bacterias que prosperan en el intestino grueso y que ayudan a mantener un intestino sano y estimulan el sistema inmunológico.
Los prebióticos son ingredientes nutricionales resistentes a la acción del sistema digestivo proximal y está demostrado que estimulan selectivamente la proliferación de Bifidobacterias y ciertas especies de Lactobacillus que habitan en el intestino grueso.
Hay ciertos oligosacáridos solubles no digeribles que son prebióticos bien conocidos y se han documentado como herramientas nutricionales beneficiosas para apoyar la microbiota saludable del intestino grueso.
Además, los prebióticos también actúan contribuyendo a la función inmunológica y la resistencia frente a patógenos potenciales.
FRUCTOOLIGOSACÁRIDOS
Los fructooligosacáridos de cadena corta (sc-FOS) son un grupo fuerte de prebióticos altamente documentados por sus funciones beneficiosas en el apoyo a una microbiota saludable del intestino grueso en animales monogástricos.
Se ha documentado que los oligosacáridos cortos de los sc-FOS (como la kestosa y la nistosa) se utilizan más rápidamente y preferentemente por Bifidobacterias y ciertas especies de Lactobacillus.
» Por lo tanto, pueden proporcionar un efecto prebiótico probado en dosis más bajas en comparación con los sacáridos de cadena más larga (como la inulina y los polifructanos).
La “fermentabilidad” biológica preferencial se debe a una capacidad enzimática única innata de estas bacterias que les permite utilizar selectivamente oligosacáridos cortos.
MODO DE ACCIÓN
Se cree que la acción estimuladora de dichos prebióticos sobre el sistema inmunológico ocurre a través del contacto con las células dendríticas intestinales (DC), que son responsables de tomar muestras de los componentes activos inmunitarios del contenido intestinal, y los linfocitos intraepiteliales (IEL), que pueden reaccionar mientras se activan con los alimentos ingeridos.
Además, los prebióticos como los sc-FOS pueden modular positivamente la barrera inmune innata modificando la integridad de las “Uniones estrechas” o provocando señales de las células epiteliales a la capa de células inmunitarias subyacentes.
Además, los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) resultantes de la fermentación de los sc-FOS (butirato, acetato y lactato) pueden ayudar mediante la acidificación directa de la luz intestinal, lo que ayuda a prevenir la posible colonización por cepas bacterianas patógenas dañinas.
» Adicionalmente, los AGCC, como el ácido butírico, tienen funciones directas en el mantenimiento de la integridad de la barrera epitelial intestinal por vías directas e indirectas.
ACCIÓN CONTRA LAS INFECCIONES VIRALES
Las infecciones respiratorias como la gripe común a menudo son el resultado de agentes virales como el virus de la influenza. Las intervenciones microbiológicas intestinales pueden ayudar a equilibrar el entorno micro-ecológico intestinal y mantener la función de la barrera intestinal.
En este entorno, los prebióticos pueden verse como herramientas nutricionales potenciales que pueden contribuir al mantenimiento óptimo de la resistencia inmunológica, incluidas las infecciones virales y las infecciones bacterianas secundarias.
Por ejemplo, en un estudio con animales, Trompette et.al. (Immunity 48, 992–1005, 15 de mayo de 2018) informó que los prebióticos y los AGCC tienen efectos beneficiosos duales sobre el sistema inmunológico, lo que permite que los ratones resistan mejor las infecciones virales como la influenza.
La mejora de componentes discretos del sistema inmunológico estableció unas condiciones inmunológicas en las vías respiratorias de los ratones en un nivel que permitía la eliminación del virus, evitando al mismo tiempo un daño tisular exagerado.
⇒ Una conclusión de este estudio fue que los prebióticos, probablemente a través de una producción mejorada de AGCC, dieron como resultado un mejor equilibrio inmunológico, equilibrando la inmunidad innata y adaptativa para promover la resolución de la infección por influenza y prevenir la patología asociada al sistema inmunológico.
En este contexto, los prebióticos como los sc-FOS pueden desempeñar un papel al proporcionar una herramienta de apoyo nutritivo en animales sanos, especialmente para aquellos con un sistema inmunológico debilitado, al mantener una microbiota saludable mejorada y mejorar su papel en la inmunidad innata.
En otro ejemplo, en un estudio en humanos, se incluyeron fructooligosacáridos como un componente de una fórmula nutricional (9% de inclusión) para personas mayores (seguimiento de 183 días, edad> 65).
Los resultados de este estudio mostraron una mejora positiva de la función inmunológica mediada por la proliferación de anticuerpos y linfocitos, y un recuento reducido de días de síntomas de infección del tracto respiratorio superior después de una vacunación contra la influenza (Langkamp-Henken et. Al., 2004, JAGS 52: 3 -12).
En conclusión, la mejora de la salud intestinal y la inmunidad mediante ingredientes nutritivos como GOFOS puede proporcionar una herramienta de apoyo no medicinal adicional, especialmente en momentos en que las infecciones virales no pueden contrarrestarse fácilmente con vacunas. |
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