El peso medio del huevo aumenta ligeramente con el consumo de energía. La variación es de 0,96 por cada consumo adicional de 10 kcal.
Una gallina ponedora produce más de 300 huevos al año. La dieta de la gallina ponedora actual es crucial en la optimización del excelente potencial genético de estos animales, tanto para la cantidad como para la calidad del huevo.
El manejo adecuado de la dieta es, por tanto, un verdadero desafío para la industria.
El huevo contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo de un embrión en un ambiente externo. Existen variaciones en la composición de estos constituyentes, principalmente relacionadas con la línea genética y edad del ave, aunque también resulta importante la dieta y el sistema de producción.
Los macro constituyentes del huevo como lípidos, proteínas y minerales son estables. La principal influencia de la dieta cuando se alimentan pollitas y gallinas ponedoras está en la masa de los huevos, es decir, en el número y peso de éstos, con poco efecto sobre la constituyentes del huevo excepto quizás las proporciones de albúmina y yema.
Sin embargo, algunos componentes de los alimentos tienen un efecto directo sobre las características huevo, por ejemplo: ácidos grasos, vitaminas, oligoelementos y carotenoides de yema.
Finalmente, los cambios en la dieta y en la composición de la ración dentro de cada período de 24 horas ofrecido a las aves puede también afectar la producción y calidad de los huevos, posiblemente relacionados con el ciclo del huevo y la fase de formación de éste.
Esta revisión presenta los diferentes criterios asociados con la calidad del huevo que pueden ser modificados por el dieta. Estos son:
Variaciones en el peso del huevo
El peso del huevo depende principalmente de factores intrínsecos de las aves (genética y edad) y de la dieta durante el período de puesta. La alimentación de pollitas contribuye indirectamente en el peso al influir en la madurez sexual, el peso vivo y la composición corporal al inicio de la puesta.
Una recopilación de varios estudios enfatiza la relación entre el peso vivo de la gallina al inicio de la puesta y el peso medio de los huevos puestos durante este período inicial (Fig. 1) sin ningún efecto en la producción total de huevos para el conjunto período de puesta. El aumento del peso del huevo durante el inicio del período de puesta fue de 0,7gr por cada 100 gr de ganancia de peso vivo de las gallinas. Como se ve en la Fig. 1, los efectos sobre el peso del huevo durante el resto del período de puesta son menos significativos.
Figura 1. Peso medio del huevo al inicio y al final de la puesta según el peso vivo de las gallinas al alcanzar la madurez sexual (los triángulos representan el inicio de la puesta; los círculos representa el final de la misma).
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Adaptado de Bouvarel y col., 2011
La composición de la dieta al inicio de la postura también influye en el peso del huevo:
– Dietas que contienen mayores niveles de energía (+215 kcal/kg de 0 a 6 semanas y +357 kcal/kg de 6 a 18 semanas) no afectan el peso vivo a las 20 semanas, pero aumentan la puntuación de engorde (+7%) y reducen el peso medio del huevo de 20 a 64 semanas (55,0 frente a 56,1gr) (Cheng et al., 1991).
Por otro lado, el aporte de calcio durante la cría tiene un papel clave en el peso del huevo. Proporcionar un alimento con calcio en forma de partículas de libre elección antes del inicio de la postura, mejorará el futuro consumo de alimento y aumentará el peso del huevo de 25 a 32 semanas (+1,6gr) en comparación con un alimento bajo en Ca (0,89%).
Cuando hay una variación en el contenido de energía, el consumo de alimento se modifica linealmente en relación a la concentración de energía del alimento. Según esta regresión, las aves adaptan su ingesta de acuerdo al contenido energético.
Sin embargo, la pendiente de respuesta no es proporcional a una sustitución cuantitativa. Cuando hay una disminución de la energía metabolizable, debido a la introducción de una fuente de muy baja energía, las gallinas ponedoras no aumentan lo suficiente su consumo para alcanzar el mismo aporte energético. Así mismo, cuando hay un aumento en el aporte de energía, las gallinas no reducen su consumo de manera proporcional para alcanzar la misma ingesta energética. El consumo de energía es por tanto significativamente más alto con alimentos más concentrados.
El peso medio del huevo aumenta ligeramente con el consumo de energía. La variación es de 0,96 por cada consumo adicional de 10 kcal.
El peso medio del huevo también está relacionado con la cantidad de proteína consumida (R2 = 0,59). El consumo de 1gr adicional de proteína por día da como resultado un aumento promedio del peso del huevo de 1,4gr.
La metionina es el principal aminoácido limitante en la dieta de las gallinas ponedoras. Varios estudios han evaluado los efectos del contenido de metionina en el peso de huevo en el pico de producción añadiendo DL-metionina a alimentos con suficiente contenido de proteínas.
El peso del huevo sigue una relación curvilínea con el contenido de metionina, llegando a una meseta cuando el contenido de metionina en el alimento es de 0,36 a 0,38%.
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La mayoría de los lípidos de la dieta se utilizan para la síntesis de los lípidos de la yema, influyendo tanto sobre la vitelogénesis como sobre los perfiles de ácidos grasos. La grasa de la dieta también influye en el peso del huevo. El efecto más conocido es el del ácido linoleico, con un nivel recomendado de aproximadamente 1% en la dieta.
Sin embargo, la respuesta más significativa se encuentra cuando la dieta está enriquecida con ácido linoleico y ácido oleico, que se encuentran en los aceites de soja y oliva. Estos ácidos grasos de fácil absorción aumentan la retención de los demás.
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La harina de maíz, trigo y soja son las principales materias primas utilizadas en los alimentos para gallinas ponedoras. El uso de semillas de oleaginosas puede resultar en una reducción del peso del huevo.
La incorporación de frijoles de soja en niveles de 10, 15, 20 y 30% no afecta el número total de huevos, pero puede disminuir el peso del huevo (hasta al 3,1%). Tal efecto no está asociado a la presencia de factores antinutricionales como la antitripsina, sino a la presencia de factores fávicos (vicina y convicina). Se ha informado que la disminución en el peso del huevo es directamente proporcional al nivel de frijoles por encima del 7% de inclusión en el dieta. La inclusión del 15% de frijoles aumentó significativamente el peso del huevo cuando los frijoles no contenían vicina y convicina, pero el peso del huevo fue menor (–1,4%) en comparación con el control.
Por lo general, la inclusión de harina de colza en la dieta disminuye el peso del huevo (alrededor de 8-9%) con una disminución proporcional al nivel de inclusión. Hay efectos más marcados cuando la colza contiene altos niveles de glucosinolatos. Sin embargo, Ciurescu (2009) mostró recientemente que el 15% de la harina de colza se puede incluir por un período corto (40-47 semanas) sin tener un efecto negativo sobre la tasa de puesta o el peso medio del huevo.
Conclusiones
El análisis de los estudios realizados enfatiza la importancia de la nutrición como factores determinantes de la calidad del huevo. La selección genética hoy proporciona una alto nivel de productividad, pero el potencial genético de la población se realiza sólo si su requerimiento nutricional es acorde.
La literatura describe a menudo los ensayos realizados hace más de 20 años, cuando el rendimiento era menor, por lo que pueden ser necesarias algunas observaciones y ajustes, incluso si las conclusiones principales siguen siendo válidas◊
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