En artículos anteriores hemos revisado cómo a través de la dieta de las gallinas ponedoras podemos mejorar:
En esta última sección, revisaremos la influencia de la alimentación de las gallinas ponedoras en la calidad de la cáscara.
Nivel dietético de calcio en pollitas y gallinas ponedoras
El calcio es el alimento clave para la dureza de la cáscara. Los requisitos del calcio son del orden de:
- 0,9 a 1,2% en el período de crecimiento del pollita
- 2 al 2,5% para la formación de hueso medular, que ocurre aproximadamente dos semanas antes de la puesta,
- 3,5 a 4% para la formación de huevos durante el período de postura
Hoy en día, la maduración sexual en las gallinas ocurre más tempranamente, por lo que la probabilidad de que los primeros huevos se pongan antes de que la gallina se traslade al galpón de postura (que suele coincidir con la introducción de la dieta de ponedoras) es muy alta. Es por esto que se recomienda introducir una dieta rica en calcio (2,5 o 3,5%) antes del inicio de la producción de huevos (14 a 16 semanas de edad).
La reducción del consumo de alimento debido al exceso de calcio puede aliviarse mediante mejoras en la presentación de las dietas (tamaño de partículas, uso de pellets) o el momento de la distribución de las dietas hacia el final del período de cría. Además, estos procedimientos también optimizarán el peso de las pollitas y en consecuencia el del huevo.
La gallina requiere una media de 2,2 gr de calcio por huevo y, teniendo en cuenta la retención media de calcio, debe consumir 4 gr por día. Un limitado suministro de calcio ( inferior al 3%) reduce la resistencia de la cáscara. Algunos autores han recomendado un aumento progresivo de la ingesta de calcio durante la postura (3,5 luego 4,5 y finalmente 5,5% de calcio en el alimento) para limitar el deterioro de la dureza de la cáscara con la edad de la gallina, pero la evidencia experimental de una mejora en la dureza no es convincente, donde solo aumentan las reservas óseas.
La provisión oportuna de partículas de calcio limita las necesidades de las gallinas de movilizar calcio de la reserva ósea y por lo tanto también disminuye la eliminación de fósforo asociada.
Presentación del calcio
El calcio particulado (en forma de carbonato de calcio) proviene de canteras o es de origen marino. Está disponible en varios tamaños de partículas y puede tener diferentes propiedades fisicoquímicas. A pesar de la amplia variabilidad de la composición de calcio, esto no genera que haya diferencias en la calidad de la cáscara del huevo.
El factor principal del calcio que influye en la cáscara del huevo es el tamaño de la partícula (bruto o molido). Esto está en concordancia con la observación de que las partículas deben ser mayor de 0,8 mm para ser retenidas en la molleja. A su vez, las gallinas alimentadas con tamaños de partículas mixtas parecen tener mayor consumo de alimento que aquellas alimentados con una fuente de calcio 100% molido (SaundersBlades et al., 2009).
Por otro lado, la respuesta positiva de la calidad de la cáscara de huevo al tamaño de partícula también depende de la densidad y solubilidad de la fuente de la fuente de calcio. Las partículas grandes y poco solubles aparecen en el estiércol y, en consecuencia, son de poco beneficio para la calidad de la cáscara de huevo cuando se utiliza como única fuente.
El suministro de partículas gruesas de calcio muestra una mejora en calidad de cáscara de huevo cuando:
- Se administra a gallinas hacia el final del período de puesta
- El clima es caluroso
- Las gallinas se alimentan con niveles bajos a medios de calcio en la dieta
Fósforo dietético
Variaciones en el fósforo de la dieta durante el período de cría de pollitas (rango de 0,3 y 0,2% respectivamente) no influyen en la calidad del primer huevo o sobre la mineralización ósea a las 18 semanas de edad (Keshavarz, 2000). Sin embargo, numerosas publicaciones han establecido que también mucho fósforo en la dieta de gallinas en postura puede tener un efecto negativo en la calidad de la cáscara. Este efecto es más significativo cuando el fósforo no fitato en la dieta es mayor de 0,4%.
Las gallinas alimentadas con una dieta deficiente en calcio parecen más sensibles a altos niveles de fósforo en la dieta (Scott et al., 1999). La suplementación con fitasa mejora no solo la digestibilidad de fósforo sino también de calcio y de los aminoácidos. En general, se acepta que la suplementación con 0,1% de fósforo no fítico es suficiente cuando se suministran fitasas a una dieta para evitar cualquier posible reducción en la producción de huevos relacionada con la deficiencia de fósforo.
Hay evidencia de que el requerimiento de fósforo de las gallinas ponedoras aumenta en ambientes cálidos. Una dieta baja en fósforo (0,3% de fósforo disponible) asociado con niveles bajos de calcio, como se observa con frecuencia a altas temperaturas, causa huesos débiles y puede facilitar la aparición de fatiga de la jaula. Eso puede ser en parte aliviado por la incorporación de calcio particulado ya que disminuye la movilización de reservas óseas y permite niveles más bajos de fósforo en la dieta.
Vitaminas D y C
La vitamina D3 es la única forma que es eficaz en las aves y tiene un papel en el control del metabolismo del calcio en las aves, en particular en la absorción intestinal de calcio que depende directamente de su metabolito activo 1,25dihidroxi-colecalciferol. La vitamina D3 es esencial para mantener la producción de huevos y la calidad de la cáscara.
Altos niveles de vitamina D3 (6000 a 15000UI) no tienen ningún efecto en los parámetros de producción, pero mejoran la resistencia ósea.
Oligoelementos
- La deficiencia de cobre en las gallinas afecta las propiedades bioquímicas y mecánicas de la cáscara de huevo dando como resultado anomalías en la forma del huevo.
- Los huevos de las gallinas alimentadas con dietas deficientes en manganeso (menos de 7mg/kg) generan cáscaras más delgadas y áreas translúcidas.
- El zinc es un componente de anhidrasa carbónica, una enzima uterina clave en el suministro de iones carbonato para la formación de la cáscara. Alimentos a base de maíz y soja que contienen por cada kilogramo 30mg de zinc, 6mg de cobre y 20mg de manganeso, evitan deficiencias que conducen a anomalías significativas en la cáscara. La ausencia de suplementación de estos elementos disminuye el peso de la cáscara, debiéndose principalmente a la ausencia de manganeso.
Conclusiones
La selección genética actual proporciona una alto nivel de productividad, pero el potencial genético de la población se expresará sólo si sus requerimientos nutricionales son cubiertos.
El desafío para el futuro será definir sistemas de alimentación sostenibles, es decir aquellos que menos impactan en el medio ambiente, garantizando la rentabilidad para todas las partes interesadas involucradas en esta industria altamente integrada sin comprometer la calidad del producto final en el momento en que alcanza el consumidor♦