Especialistas del CONICET lograron avances significativos en el desarrollo de nuevas variedades de pasturas nativas para optimizar la producción de carne bovina en el nordeste argentino.
12 Mar 2025
Especialistas del CONICET lograron avances significativos en el desarrollo de nuevas variedades de pasturas nativas para optimizar la producción de carne bovina en el nordeste argentino.
Gracias a técnicas de mejoramiento genético, estas especies ofrecen mayor resistencia a condiciones adversas y un mejor perfil nutricional, beneficiando a los productores ganaderos de la región.
Innovación en pasturas para el sector ganadero
El Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE), en conjunto con el CONICET y la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), lleva adelante un ambicioso proyecto de mejora genética de especies forrajeras. El objetivo es aumentar la productividad de los sistemas pastoriles, que representan la base de la alimentación bovina en la región.
La riqueza florística del NEA es un recurso clave en este proceso. En Corrientes, por ejemplo, se han identificado cerca de 400 especies de gramíneas y 300 de leguminosas, que sirven como base para la selección de materiales con alto potencial productivo.
Los especialistas han desarrollado variedades mejoradas que permiten un crecimiento sostenido durante todo el año, mayor tolerancia a anegamientos y una mejor digestibilidad para el ganado. Estas características permiten aumentar la carga animal y mejorar los índices productivos de los establecimientos ganaderos.
Entre los cultivares destacados se encuentra Cambá FCA, un tipo de Paspalum adaptado a suelos con anegamientos transitorios. También se ha desarrollado Chané FCA, ideal para suelos bien drenados y con alto valor nutricional, y Boyero UNNE, una variante de pasto horqueta con crecimiento uniforme durante el año.
Uno de los avances más relevantes es el desarrollo del cultivar Pionera UNNE, perteneciente a la especie Stylosanthes guianensis. Esta leguminosa tiene la capacidad de fijar nitrógeno en el suelo, lo que mejora la calidad nutricional del forraje y favorece el crecimiento de otras especies. Además, su capacidad de adaptación a suelos pobres y arenosos la convierte en una alternativa valiosa para la producción sostenible.
Algunas de estas variedades ya han sido inscriptas en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y forman parte de convenios con empresas semilleras para su comercialización. El equipo del IBONE continúa trabajando en nuevos desarrollos, con el objetivo de ofrecer soluciones que permitan incrementar la eficiencia productiva del sector ganadero argentino.
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