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Es un hecho que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la mitigación de los efectos del calentamiento global son una prioridad absoluta a nivel mundial. Los objetivos establecidos en el Acuerdo de París (2015) ya han dado lugar a metas tangibles de reducción de GEI para 2030 y 2050 en países de todo el mundo.
La ganadería produce el 11% de las emisiones nacionales de GEI, según el Informe Resumen de la de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del inventario nacional de emisiones a la atmósfera para la serie 1990-2021 (Edición 2023) y esto plantea los siguientes retos a nuestros clientes:
A pesar de la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto las fábricas de piensos como las explotaciones agrícolas siguen necesitando continuidad empresarial. Es decir, mantener o aumentar los niveles de producción para satisfacer la demanda de proteínas de la creciente población.
Equilibrar esta exigencia con criterios de sostenibilidad será un reto importante en los próximos años. Además, la normativa es cada vez más estricta, lo que presiona a los agricultores y ganaderos para que aumenten sus niveles de gestión medioambiental y puedan seguir operando.
Los clientes, los consumidores finales, los minoristas, los agricultores, los productores de piensos y los intermediarios son cada vez más receptivos a consumir/fabricar productos que pueden demostrar que reducen el impacto medioambiental.
Impacto de la aplicación de los distintos paquetes legislativos consecuencia de la aplicación del Green Deal.
Aumento de la competencia: cada vez son más los agentes del sector agrario que invierten en medidas para reducir su impacto ambiental y conciencian sobre estos esfuerzos.
Es necesario que toda la cadena participe en la reducción/comunicación del impacto ambiental, para que el productor final no reciba todo el peso de la demanda de sostenibilidad.
No todas las empresas disponen de los recursos y/o conocimientos internos necesarios para dedicarse eficazmente a reducir su impacto ambiental.
Estos factores se unen para crear el difícil contexto en el que nos encontramos hoy: un mercado volátil, que combina el aumento de los precios con la fluctuación de la oferta.
Por tanto, empieza a surgir la necesidad de aumentar la transparencia y la claridad sobre el impacto de los piensos en los GEI a lo largo de toda la cadena de valor y es importante anticiparse y conocer este impacto para aprovecharlo como una ventaja competitiva.
Recomendación (UE) 2021/2279 de la Comisión de 15 de diciembre de 2021 sobre el uso de los métodos de la huella ambiental para medir y comunicar el comportamiento ambiental de los productos y las organizaciones a lo largo de su ciclo de vida.
Para finales de 2023 está previsto que se publique la iniciativa marco para un sistema alimentario sostenible en la UE, donde posiblemente se hará referencia al etiquetado con referencias a la Huella Ambiental (HA).
En España, la ley de ordenación porcina ya obliga a registrar en ECOGAN (sistema desarrollado por el MAPA) las Mejores Técnicas Disponibles (MTD) aplicadas en las granjas. Esto sirve para estimar las emisiones generadas en el proceso productivo debido a la alimentación de los animales, diseño y manejo de las explotaciones y gestión de los purines y estiércol.
Esto mismo sucederá en 2023 para el sector avícola. Con este marco, es cada vez más importante disponer de datos lo más ajustados posible para comunicar la HA a ganaderos y al resto de la cadena alimentaria.
Para dar esta información es necesario conocer la HA de los piensos. Esta se calcula a través de la metodología PEFCR (Product Environmental Footprint Category Rules), las Reglas de categoría de la huella medioambiental de los productos.
Esto se hace combinando la información de HA de las materias primas (mediante bases de datos secundarias, GFLI, Agri-footprint®, Agribalyse®, Ecoinvent) y los propios datos de la empresa (energía empleada en el proceso de fabricación, transporte del pienso a destino).
El dato final de la HA variará en función del lugar de origen de las materias primas empleadas, el medio de transporte utilizado hasta llegar a fábrica y la distancia recorrida.
La HA contempla 16 categorias. Las más relevantes son aquellas que contribuyen al menos en un 80% del total del impacto de la HA. En el caso de los piensos, son las seis que figuran en la Tabla 1.
Tabla 1. Categorías que más contribuyen al impacto de la Huella Ambiental en la producción de piensos.
Tener un sistema que permita medir la HA de las materias primas permitirá a los departamentos de compras y de formulación poder incorporar este criterio en su toma de decisiones.
En la Tabla 2, vemos la variabilidad de impactos en función de la materia prima, origen, distancia, entre otros factores que deben tenerse en cuenta.
Tabla 2. Valores de impacto en la HA en función de variables relacionadas con la producción de materias primas.
Fuente: MyFeedPrint, GFLI, Agri-footprint®, Agribalyse®, Ecoinvent.
Actualmente, optimizar las dietas usando restricciones para la HA puede hacerse de forma limitada, debido a la dependencia de la soja en las fórmulas. En el siguiente ejemplo del Gráfico 1, vemos la reducción que se puede conseguir del indicador Cambio Climático (kg CO₂eq/kg de pienso).
Esto fue posible limitando la soja y usando otras fuentes de proteína (girasol, colza, DDGS…) a costa del incremento inviable del precio (€/tn).
Gráfico 1. Restricción del uso de soja como fuente de proteínas en piensos, con una reducción del indicador de Cambio Climático (kg CO2eq/kg de pienso) y un aumento del precio (€/tn).
También muestra el punto de partida en cuanto al indicador de Cambio Climático (kg CO₂eq/kg de soja) que tendría una dieta formulada con soja de EEUU (libre de deforestación). Este punto de partida sería un 50% inferior que si se utilizara soja de Brasil.
Este escenario puede empezar a cambiar como consecuencia de la nueva legislación que se publicará en el segundo trimestre de 2023 sobre el uso obligatorio de materias primas libres de deforestación en la UE (se permitirá 18/24 meses para poner en marcha la ley).
Empresas Argentinas proveedoras de soja ya han asegurado que a partir de enero de 2025 toda la soja que se exporte desde Argentina será libre de deforestación. Esto podrá solucionar la falta de suministro de este tipo de soja a día de hoy, veremos con que precios.
Mientras tanto, y teniendo en cuenta que en producto final (carne, huevo y leche) el impacto de la alimentación puede representar hasta un 80% de la HA, la mejor manera de ayudar a la reducción de emisiones es trabajar sobre los programas de alimentación y manejo, ligados a la eficiencia.
De esta manera podremos minimizar el impacto en el producto final, y a su vez producir de forma más sostenible, eficiente y económicamente viable.
Estas reducciones pueden ser muy variables dependiendo de cada situación inicial, por ello es importante realizar un estudio de análisis de ciclo de vida (ACV) de la producción en concreto.
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