Los animales jóvenes tienen un riesgo particular de sufrir carencias de microminerales. Las principales razones son: bajas reservas corporales en el momento del nacimiento, y una ingesta inadecuada de microminerales a través de la leche y del pienso durante las primeras semanas de vida. Además factores de estrés ambiental (como calor, cambio de alojamiento, etc.) y una elevada carga patógena pueden aumentar las necesidades de minerales traza.
Los minerales traza son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo ya que participan en múltiples procesos fisiológicos.
En las crías, los niveles de aporte de Zn, Mn, Cu y Fe influyen en varias funciones:
La absorción de los microminerales se da principalmente en el intestino delgado
Es importante tener siempre presente que para que un aporte de microminerales sea adecuado, estos tienen que ser absorbidos. Por lo que la ingesta total no da una indicación clara del aporte real. La absorción de los minerales traza ocurre principalmente en la parte anterior del intestino delgado, duodeno-yeyuno, y hay varios factores que influyen en su absorción:
Un aporte excesivo de microminerales provoca situaciones antagónicas
A pesar de que la suplementación de los elementos traza se hace siguiendo las recomendaciones de los organismos oficiales, en la práctica se observan situaciones deficitarias. Una de las razones más comunes es que al añadir los minerales en grandes cantidades, por encima de los requerimientos de los animales, se incrementan los antagonismos. Un ejemplo es el uso de niveles farmacológicos de óxido de Zn y sulfato de Cu en piensos de lechones, lo que perjudica la absorción de Fe y Zn (Henry & Miller, 1995).
El uso de niveles farmacológicos de óxido de Zn y sulfato de Cu perjudica la absorción de Fe y Zn
En general se asume que los antagonistas presentes en el pienso y/o el agua de bebida son múltiples, e interfieren en la correcta absorción de los microminerales. El tipo de fuente utilizada también puede tener un efecto significativo sobre la susceptibilidad a antagonismos y por tanto sobre la digestibilidad de los microminerales (Figura 1).
De hecho, se han documentado in vivo diferencias en cuanto a la biodisponibilidad entre distintas fuentes minerales. Generalmente, los microminerales en forma de óxidos son menos biodisponibles que los sulfatos, mientras que los minerales quelados muestran una mayor absorción de Zn, Mn, Cu y Fe que las fuentes inorgánicas (Ammerman et al., 1995; Jongbloed et al., 2002). Cuando el contenido mineral de los animales es bajo, los quelatos son más eficientes a la hora de compensar dicho déficit (Männer, 2008). Por eso, se observa una tendencia al alza a la sustitución, parcial o total, de las fuentes inorgánicas por distintas fuentes orgánicas.
Figura 1. Diferencia en el comportamiento entre fuentes inorgánicas (sulfatos) y orgánicas (quelatos) en el tracto gastrointestinal (TGI).
Ventajas de los glicinatos:
(1) mayor estabilidad a niveles de pH bajos del TGI superior
(2) menor formación de complejos con otros iones metálicos y otros compuestos del pienso, como fitatos
(3) Reducción de los efectos antagónicos en la absorción entre iones metálicos
(4) Transporte efectivo a la pared intestinal y mejor índice de absorción.
Durante los últimos años han aparecido en el mercado europeo numerosas categorías de fuentes minerales orgánicas de Zn, Mn, Cu y Fe. Todas ellas tienen en común que el micromineral está unido a una molécula orgánica (ligando), que normalmente es uno o varios aminoácidos.
La primera fuente que se introdujo en Europa fueron los proteinatos (quelatos de metal de aminoácidos hidratado, (EC) N° 1334/2003), en los que el ligando son aminoácidos procedentes de proteína de soja hidrolizada. Sin embargo, en los últimos años han ido surgido nuevos tipos de quelatos que utilizan como ligando un aminoácidos específico o su análogo (metionina, glicina, lisina, MHA).
Las diferencias en las propiedades químicas del ligando suponen variaciones en las características físico-químicas entre las distintas categorías de quelatos.
Por ejemplo, los glicinatos (quelatos de metal de hidrato de glicina, (EC) N° 479/2006), que se llevan utilizándose con éxito desde hace casi 10 años, se caracterizan, típicamente, por un mayor contenido en metal y, por tanto, un menor índice de incorporación. Además, existen diferencias en la solubilidad en agua que pueden ser relevantes para algunas aplicaciones prácticas.
Un periodo crítico en la vida de los lechones es el que acontece alrededor y después del destete, ya que ocurren multitud de cambios simultáneamente – cambio de pienso, de ubicación, mezcla de camadas, etc. -y además en este periodo, la inmunidad activa así como el contenido de hemoglobina en los lechones no están del todo desarrollados, siendo el riesgo de infecciones y patologías máximo.
El cambio de pienso aumenta la susceptibilidad a problemas intestinales, y especialmente los lechones más débiles, en los que además el consumo es menor, necesitan el mejor sustento para mantener su contenido mineral.
La biodisponibilidad de los microminerales, que valora la absorción y la retención, provee información valiosa para evaluar el potencial de distintas fuentes minerales sobre el contenido mineral en el organismo de los animales.
Un método ampliamente aceptado para evaluar la biodisponibilidad de las distintas fuentes minerales es el método de depleción-repleción (Schlegel, 2006; Männer, 2008).
En una prueba experimental llevada a cabo en la Freie Universität Berlin, en Alemania, se investigó el efecto de la fuente mineral sobre la biodisponibilidad en lechones destetados (Hildebrand, 2015).
Tabla 1. Parámetros zootécnicos de lechones durante los 17 días de prueba (Media ± SD; n = 4)
Figura 2. Digestibilidad aparente de los microminerales, medido entre los días 45 y 47 de vida de los lechones (%; media; n = 12); abc superíndices distintos indican diferencias significativas entre tratamientos (P<0.05)
Además, se tomaron muestras de sangre, observándose la mayor concentración de hemoglobina en los lechones suplementados con glicinatos (Figura 3).
Figura 3. Contenido de hemoglobina medido 4 veces durante los 17 días de prueba experimental (gramos por litro; medias; n ≥ 6); ** diferencias significativas entre los animales alimentados con glicinatos o con sulfatos (P<0.01).
Para reducir el riegos de anemia y enfermedades relacionadas en terneros, los lactorremplazantes y piensos se suplementan, generalmente, con Fe, Cu, y Zn (Kuntz, 2013).
A la hora de incorporar estos minerales en sustitutos lácteos o alimentación líquida, por ejemplo lactorremplazantes, la utilización de aditivos solubles aporta ventajas a la hora de su utilización.
En una prueba de campo realizada en una explotación de vacuno de leche en Alemania, se comparó el efecto de la suplementación con glicinatos frente a sulfatos en terneras hembras (fuente interna).
Figura 4. Ganancia media diaria durante las primeras 7 semanas de vida (gramos/día; medias; n=20
Figura 5. Contenido de hemoglobina. Medido en la semana 7 de edad (gramos/litro; medias; n=20)
Mejorar el aporte de Fe y Cu ayuda a sustentar la síntesis de hemoglobina y a prevenir los efectos negativos de la anemia. Como se ha mostrado en los dos estudios previos, las fuentes orgánicas garantizan un aporte más seguro de Fe, Cu y del contenido de hemoglobina.
Contrarrestando los efectos de la anemia se disminuye la susceptibilidad a infecciones y enfermedades y tiene un efecto positivo sobre el apetito, el crecimiento y la vitalidad de los lechones y los terneros (Suttle, 2010).
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