En los últimos meses estamos viendo como el encarecimiento de la energía afecta a todos los eslabones de la cadena productiva.
Dentro del sector de la fabricación de alimentación animal, la energía es uno de los factores clave para poder garantizar el suministro de alimento a las personas, tanto por la energía que se aporta en la ración, como por los gastos energéticos para su fabricación.
Las principales fuentes energéticas del alimento proceden de los hidratos de carbono (4 Kcal/g) y de la grasa (9 Kcal/g).
Es, por lo tanto, en estos momentos, cuando adquieren mayor importancia el empleo de alternativas que permitan mejorar la disponibilidad y aprovechamiento de los nutrientes de la dieta, tanto incrementando la actividad enzimática de forma exógena como mediante productos que estimulen la actividad enzimática endógena del propio animal.
Estas alternativas están orientadas a mejorar la disponibilidad intestinal de los nutrientes; favoreciendo al mismo tiempo la correcta absorción de los nutrientes digeridos y su metabolismo en el propio animal”.
Los alimentos ricos en grasas pueden mejorar la rentabilidad de la dieta, ya que incrementan la energía metabólica para la producción de carne, leche o huevos. Pero hay que mantener un límite máximo de inclusión, ya que en las primeras edades o incluso en crecimiento y engorde, a mayor nivel de grasa se reduce la digestibilidad de esta.
Las principales fuentes de grasa empleadas en nutrición animal proceden de:
Aceites de soja
Girasol
Palma
Grasa de ave
Manteca de cerdo
Y, en menor medida, aceites de pescado, palmiste y coco.
Otras fuentes de interés son los subproductos del refinado, que engloban las oleínas, ácidos grasos destilados y las lecitinas.
La optimización en la utilización por parte del animal de la grasa añadida (o procedente de las materias primas en la dieta) es un factor por considerar en la fabricación de los piensos.
La inclusión de aceites y grasas en las fórmulas presenta varias limitaciones técnicas:
Sistemas de transporte, almacenamiento e inclusión por esprayado.
Estabilidad y calidad (acidez, perfil de ácidos grasos, peróxidos, humedad) que van a afectar a la calidad de la grasa y puede alterar la calidad del pienso final.
Límites tecnológicos de aplicación de grasa en la dieta con máximos de 6-8%, ya que afectan a la calidad del gránulo, y mínimos de 1-1,5% para mejorar el rendimiento de granulación.
También cabe comentar limitaciones fisiológicas, como:
Edad del animal: en las primeras edades, la producción biliar, secreción de lipasa pancreática y las proteínas de transporte de los ácidos grasos son bajas. Igualmente, en animales adultos sometidos a rendimientos altos, como cerdas hiperprolíficas, aves de puesta. La salud hepática se relaciona con una correcta metabolización de las grasas.
Composición de la grasa: en función del tipo de grasa y del perfil de ácidos grasos la capacidad de aprovechamiento varía.
Salud del animal: las patologías que afectan a la integridad intestinal y salud hepática, interfieren en el metabolismo lipídico y el nivel y calidad de la grasa de la dieta puede exacerbar el problema.
Velocidad de tránsito: si el tránsito es rápido (primeras edades) la capacidad de digestión de la grasa más indigestible es muy limitada.
La digestión de la grasa y su absorción
Los animales tienen una capacidad digestiva limitada por lo que es importante estimular tanto el óptimo funcionamiento del aparato digestivo como las secreciones de los órganos internos, evitando daños que puedan comprometer su funcionalidad interfiriendo en la utilización de las grasas de la dieta.
En el proceso digestivo y la utilización de las grasas intervienen varios procesos:
Una digestión mecánica (por masticación e hidrólisis ácida o triturado en la molleja). En esta fase, se producirá la liberación de parte de la grasa contenida en las materias primas y, la hidrólisis de la fracción más soluble gracias a la acción de la lipasa salivar y gástrica, principalmente de ácidos de cadena corta y media.
Una primera emulsión a nivel duodenal de glóbulos de grasa o lípidos gracias a las sales biliares producidas por los hepatocitos y secretadas por la vesícula biliar formando micelas de menor tamaño junto a los fosfolípidos.
Hidrólisis y saponificación de los triglicéridos de la micela, en su superficie hidrófila por acción de la lipasa pancreática. La digestión enzimática resulta principalmente en la hidrólisis de triglicéridos en monoglicéridos y ácidos grasos libres.
Los lípidos emulsionados e hidrolizados dan lugar a la formación de micromicelas mixtas más solubles.
En este tipo de micelas los fosfolípidos se sitúan en la parte más externa, permitiendo una expansión de la micela y aglutinando en su interior los ácidos grasos saturados de cadena larga de baja solubilidad.
Los monoglicéridos y los ácidos grasos más insaturados se situarán tanto en su parte externa (hidrofílica) como interna (hidrofóbica).
El glicerol, algunos monoglicéridos y los ácidos grasos de cadena corta y media presentan buena solubilidad y no precisan de formar parte de la micela para su absorción.
Absorción intestinal: La absorción de los lípidos se produce a nivel de membrana del enterocito, bien por difusión pasiva de la fracción soluble (glicerol, AGCC y AGCM) o por las micelas que llegan hasta la superficie donde se disocian y son absorbidos los ácidos grasos libres y monoglicéridos mediante transportadores lipoproteicos (estos transportadores muestran mayor afinidad por los AGI que por AGS) al interior del enterocito.
Dentro del enterocito, se produce la reesterificación entre el glicerol o monoglicéridos y ácidos grasos libres para la formación de triglicéridos. Posteriormente vía sistema linfático y/o porta, son distribuidos hacia los diferentes tejidos del organismo donde pasan a formar parte del metabolismo animal o se acumulan como reservorio de energía.
Movilización de la grasa corporal: En determinadas circunstancias de balance energético negativo (final de gestación, inicio de lactación, estrés calórico, postura en aves, etc.) las reservas acumuladas en el tejido adiposo se emplean como fuente de energía por el animal. En este proceso de obtención de energía el hígado juega un papel fundamental mediante la oxidación de ácidos grasos.
Los factores a considerar para una mejor utilización de la grasa de la dieta son:
1- La presencia de FOSFOLÍPIDOS y LISOFOSFOLÍPIDOS favorecen la acción de emulsión de las sales biliares
2- Formación de MICELAS DE MENOR TAMAÑO para incrementar la acción de la lipasa y facilitar su absorción intestinal
3- Atender la SALUD DEL HÍGADO, responsable de la actividad biliar y enzimas pancreáticas
4- Proteger la SALUD INTESTINAL responsable de la absorción de nutrientes
Liptosa afronta el reto energético desde diferentes enfoques:
Diversos estudios realizados en aves (Figuras 1 y 2) empleando diferentes fuentes de grasa (grasa mezcla, manteca, aceite de soja, oleínas de soja) indicaron que la inclusión de DigestFast entre 0,5 y 1 kg permite reducir la inclusión de grasa añadida entre un 5 a un 10% sin afectar de forma significativa los rendimientos zootécnicos de ganancia media diaria (GMD) e índice de conversión (IC+0,2%) especialmente cuando se reemplazan grasas de peor digestibilidad.
Figura 1: Resultados de ganancia media diaria (GMD) en pollos de engorde reemplazando 5-10 kg de grasa de la dieta por 0,5-1 kg de DigestFast.
Figura 2: Resultados de índice de conversión (IC) en pollos de engorde reemplazando 5-10 kg de grasa de la dieta por 0,5-1 kg de DigestFast.
Estudios de campo muestran los resultados en 8 cebaderos de engorde integrados durante 2021. Los animales entraron con 20 kg de peso; la dieta DigestFast sustituyó 8 kg de grasa añadida por 0,8 kg de DigestFast y 7,2 kg de cereal.
Los resultados redujeron el costo de la ración al incluir DigestFast, y productivamente la conversión mejoró bajando de 2,48 a 2,37 kg alimento por kg de peso ganado (-4.4%).
En la figura 3, se muestran los pesos de salida a matadero, donde el efecto DigestFast permite incrementar el peso a sacrificio (108 vs 111 kg) o llegar antes al peso marcado por el matadero.
Figura 3: Peso de salida a matadero en cerdos reemplazando 8 kg de grasa de la dieta por 0,8 kg de DigestFast frente al grupo Control.
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