Los datos hablan por sí solos: la ganadería, lejos de ser la principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en realidad juega un papel clave en la preservación del medioambiente.
En el Día Internacional contra el Cambio Climático, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) resalta la contribución positiva del sector ganadero en la búsqueda por un modelo más sostenible.
Los datos hablan por sí solos: la ganadería, lejos de ser la principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en realidad juega un papel clave en la preservación del medioambiente.
En las últimas décadas, el sector agropecuario ha sido objeto de ataques, la mayor parte de ellos indicando una falta de calidad moral en torno a su impacto medioambiental, y señalándole como uno de los principales responsables del cambio climático.
Sin embargo, ANICE establece que muchas de las críticas se alejan de la realidad, careciendo de fundamento científico. Giuseppe Aloisio, director general de ANICE, afirmó que éstas “no son más que intentos de desprestigiar a la cadena ganadero-cárnico, fruto de una campaña de demonización impulsada por sectores interesados”.
En este sentido, Aloisio subraya que existen datos claros que respaldan el compromiso del sector con la sostenibilidad y la protección del medioambiente, como lo refleja la reciente reducción del 3,1 % en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en comparación a 2022.
ANICE comparte que, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), “el 75,4 % de las emisiones totales GEI en nuestro país provienen principalmente de cuatro sectores, encabezando la lista el transporte (32,6 %), seguido de la industria (18,1 %), la producción de electricidad y refino (14,01 %) y el consumo de combustible (10,7 %)”.
En este escenario, la ganadería solo representa el 9,8 % de las emisiones, y logró reducirlas en un 3,1 % en comparación con 2022.
“No podemos seguir afirmando que el sector es responsable de una parte considerable de las emisiones de GEI, cuando contabiliza menos del 10 % del total y cuando además se ocupa de algo tan esencial en nuestra vida, como es la alimentación de la población”, añade Aloisio.
Lejos de ser un obstáculo, la ganadería está implementando soluciones innovadoras para mitigar los efectos del cambio climático.
A través de proyectos que optimizan los recursos hídricos y fomentan mejores prácticas medioambientales, el sector está contribuyendo activamente a la reducción de las emisiones y a la protección del entorno.
Recurriendo a la FAO, también puede apreciarse que la ganadería juega un papel importante en el secuestro de carbono, contribuyendo a la salud del suelo y mejorando la resiliencia de los ecosistemas.
A través del Análisis de Ciclo de Vida (ACV), el sector evalúa y reduce su huella de carbono e hídrica, implementando prácticas que permiten una producción más sostenible. Esto incluye el uso de estiércol como fertilizante natural, que es responsable del 50% del abono agrícola, y la protección de los terrenos de pastoreo frente a incendios.
“El sector ganadero reconoce los desafíos ambientales actuales y, en respuesta, ha destinado esfuerzos significativos en los últimos años para mejorar sus prácticas de sostenibilidad, como por ejemplo el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) que permite establecer y conocer el impacto ambiental de la cadena ganadero-cárnica (huella de carbono y huella hídrica)… Esto incluye la implementación de medidas de preservación ambiental, medidas para la optimización del uso de recursos hídricos y la adopción de estrategias para mitigar los impactos del cambio climático”, destaca ANICE.
A su vez, se expone que el metano emitido por el ganado tiene una vida útil de 10 años, mucho más corta que el CO2 de origen fósil, que puede persistir más de 1.000 años en la atmósfera. Esta diferencia es fundamental para entender cómo la ganadería puede ser parte de la solución a los desafíos medioambientales actuales.
El sector ganadero no solo garantiza la producción de alimentos nutritivos de alta calidad, sino que también se erige como un motor de sostenibilidad en el contexto del cambio climático.
La implementación de prácticas responsables y el compromiso con la reducción de las emisiones refuerzan la idea de que la ganadería es esencial no solo para alimentar al mundo, sino también para proteger el planeta.
Fuente: ANICE.
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