La energía útil aprovechada por un animal depende de la especie y la edad y varía con la composición química de los lípidos.
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Las grasas y aceites poseen un inherente alto valor calórico, que los convierte en los principales contribuyentes energéticos del pienso.
Frente a la constante aparición en la industria de nuevos subproductos que se ofrecen como alternativa a las fuentes de lípidos tradicionales, los nutricionistas se enfrentan a menudo con una mayor variabilidad en la calidad de los mismos.
De hecho, procesos como el “rendering”, el refinado y el molturado van a afectar a la estructura química y consecuentemente, a la energía metabolizable.
Los procesos mencionados también pueden conducir a cambios en el estado de calidad oxidativa o estabilidad frente a la oxidación.
Además, debido a diferentes métodos y condiciones de procesado, no siempre idóneos, y a la exposición a diferentes factores ambientales, la presencia de factores de dilución de energía tales como humedad, impurezas, insaponificables, así como de compuestos polimerizados y oxidados, van a resultar más relevantes.
Por ello, y para una máxima precisión en la formulación del pienso, es fundamental estimar de forma correcta el contenido en energía metabolizable de un aceite o una grasa dadas.
Efecto de la oxidación
En alimentación animal, el nivel de oxidación de la fracción lipídica es un aspecto importante a tener en cuenta. Junto al impacto en la reducción de energía (Figura 1), la oxidación puede provocar la destrucción de vitaminas, disminuir la palatabilidad, aumentar el estrés oxidativo y, como consecuencia, empeorar el rendimiento productivo.
Figura 1 – Efecto de la oxidación sobre la alteración química de los lípidos.
La energía útil aprovechada por un animal depende de la especie y la edad y varía con la composición química de los lípidos.
Como resultado de ensayos con animales se desarrolló una fórmula empírica que vincula la composición química de un lípido con la Energía Metabolizable Aparente (EMA) o con la Energía Digestible (ED) (Wiseman, 1998, Animal Feed Science Technology,71: 1-9).
Lipid Evaluation Test (LET)
Basándose en esta fórmula, y aplicando factores de corrección y teniendo en cuenta ciertos compuestos que diluyen la energía, se ha desarrollado el Lipid Evaluation Test (LET).
Este test ha sido galardonado con el premio a la innovación en VIV 2014 y es una herramienta analítica que incluye 3 partes bien diferenciadas:
Los análisis realizados sobre un gran número de grasas y aceites recogidos por toda Europa en la región de EMENA han proporcionado una gran cantidad de información, que puede resultar de gran utilidad para que productores de pienso y nutrólogos puedan sacar conclusiones y aplicarlas en la formulación de piensos
Como primera observación, está claro que existe una enorme variabilidad entre los diferentes tipos de lípidos. Aunque esto resulta evidente cuando se comparan, p ej. aceite de pescado y aceite de palma, pero es menos obvio cuando la variabilidad se detecta dentro del mismo grupo lipídico.
Factores de dilución de energía
Observando los valores energéticos, se registra una variabilidad que va del 15% hasta el 50%. Está claro que ésto va a tener un efecto importante sobre cualquier formulación de dietas que utilice los lípidos como una fuente concentrada de energía. Una parte importante de esta variación, hasta un 70%, se debe a los factores de dilución y, por ello, dicho factores tienen un papel mucho más importante de lo que generalmente se considera.
En particular, nuestra opinión, apoyada por los resultados del LET, es que en el futuro se debería prestar más atención a los factores de dilución de la energía. No sólo es importante evaluar el grado de humedad, las impurezas y los compuestos insaponificables, sino también verificar el efecto de la oxidación sobre la EMA o la ED.
Cuidado con los valores de tablas
Por último, debido a la tendencia creciente del uso de fuentes de lípidos alternativas buscando un menor impacto de coste en el pienso, se corre el riesgo de sobrestimar la contribución energética de estos productos, así como su calidad.
Es común observar por parte de los productores una brecha entre la energía teóricamente proporcionada por los lípidos a través de la formulación y el rendimiento productivo real del animal.
El origen de esta brecha energética se podría explicar por el hecho de que los valores de energía calculados para los lípidos estén sobrestimados y no se hayan corregido teniendo en cuenta la especie animal, el distinto aprovechamiento dependiendo de la edad y los factores de dilución de energía.
Una estimación correcta del contenido en energía metabolizable de un aceite o una grasa es fundamental para aumentar la precisión en la formulación de piensos.
El LET ayuda a implementar de forma verdaderamente rentable y eficaz la utilización de mejoradores de la absorción de lípidos, permitiendo a los productores de pienso y proteína animal alcanzar los objetivos de rendimiento productivo anticipados por el enorme avance de la mejora genética animal.
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