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Mediados del siglo XX
De sobra conocido es el espectacular aumento de rendimiento que se ha ido produciendo a lo largo de las últimas décadas en la producción avícola, de una manera exponencial, cada vez más rápido y reduciendo de manera constante el tiempo que tenemos los profesionales del sector para adaptarnos a los sucesivos cambios.
Principios del siglo XXI
Los animales han ido convirtiéndose en máquinas de producir carne y huevos perfeccionadas hasta en el último detalle para no dejar ningún cabo suelto que pueda empeorar o, mejor dicho, no optimizar al máximo el rendimiento económico.
En este marco, por tanto, es lógico darse cuenta de la enorme presión metabólica a la que están sometidos los animales, tanto los pollos de engorde como las gallinas ponedoras.
Dentro de este contexto de “hiperpresión” vamos a hablar de los distintos mecanismos nutricionales con los que contamos para evitar que dicha presión acabe por agotar todas las reservas del animal en el caso específico de la gallina ponedora.
Ayuda durante los primeros días
El rendimiento durante la primera semana de vida es de extrema importancia para la pollita dada su influencia sobre el resto de la vida productiva.
Tendemos a olvidar la importancia que tiene este periodo en la vida productiva de la gallina de puesta. Por todos es sabida la influencia del peso a los 7 días en el peso final a matadero en pollo de engorde; pero es de igual importancia un buen arranque en pollitas para puesta.
Una pollita que comienza rápido y eficazmente a comer y beber va a disponer de unas defensas más fuertes y más herramientas para sobrevivir y crecer de forma adecuada que una pollita que ha retrasado el inicio de la ingesta o que no ha ingerido los nutrientes suficientes durante los primeros días.
Además, un arranque optimizado de todas las pollitas va a favorecer una mejor homogeneidad. Un lote desigualado va a arrastrar problemas productivos durante toda la vida, influyendo, entre otros parámetros, en la tasa de puesta. La razón es sencilla, cuanto más desigualado esté un lote, un mayor número de gallinas estará recibiendo una nutrición subóptima.
Salud ósea y calidad de la cáscara
Teniendo en cuenta que por cada huevo la gallina deposita unos 2 gramos de calcio en la cáscara, y que de ese calcio alrededor de un 25% siempre proviene de reservorios óseos (hueso medular), salta a la vista la importancia de ayudar a la gallina a mantener esas reservas minerales óseas durante toda la vida productiva y así evitar el cese prematuro de puesta.
Si esta ayuda no se proporciona vamos a ver problemas como fatiga de batería a edades tempranas u osteoporosis a edades más avanzadas.
La característica común de estas dos patologías es la debilidad ósea que se traduce en fracturas espontáneas, deformación de la quilla, imposibilidad para moverse y, por tanto, cese de ingesta de alimento y puesta de huevos.
Es evidente que esta situación generalizada en un lote va a perjudicar mucho el rendimiento económico, siendo además muy difícil revertir el proceso, por lo que hay que focalizarse en la prevención.
Es muy importante, por lo tanto, proporcionar a la gallina niveles adecuados de minerales, sobre todo calcio y fósforo, pero sin olvidar oligoelementos esenciales para una correcta mineralización como son el zinc, cobre y manganeso, así como vitamina D3.
Calcio
El calcio es el mineral más abundante del organismo y, además de ser la base mineral del hueso, es la base mineral de la cáscara de huevo.
Fósforo
El fósforo se deposita en el hueso junto con el calcio en forma de cristales de hidroxiapatita, por lo que es primordial para la formación de los reservorios minerales óseos para la cáscara.
Zinc, cobre y manganeso
Estos tres oligoelementos ejercen su acción como coenzimas en procesos de síntesis de la matriz orgánica e inorgánica de la cáscara.
Vitamina D3
La vitamina D3 es una sustancia que regula de manera precisa el metabolismo orgánico del calcio y fósforo. Su activación estimula la absorción de estos minerales a nivel intestinal y renal y la resorción ósea.
Salud hepática y prevención de hígado graso
Como hemos mencionado antes, el animal se encuentra bajo una presión metabólica excepcional al estar forzado a producir lo máximo posible y en el menor tiempo.
Uno de los órganos más afectados por esta presión es el hígado.
Entre sus numerosas funciones tiene la importante labor de producir gran parte de la grasa que va a ir destinada al ovario para la formación de la yema del huevo.
Sumado a esto, este órgano es de los más sensibles al estrés oxidativo que se va a originar en enfermedades, lesiones, etc.
Ayudar al hígado a sobreponerse a este estrés metabólico y oxidativo es considerablemente beneficioso para la producción de huevos, ya que nos asegura evitar durante el mayor tiempo posible la aparición del hígado graso tan común en puesta comercial y tan perjudicial para el rendimiento productivo (aumento de mortalidad, bajada de tasa de puesta, mala calidad de cáscara…)
Además de por problemas relacionados con el metabolismo, el hígado puede verse muy afectado si nos enfrentamos a una intoxicación con micotoxinas, especialmente aflatoxina B1.
Esta micotoxina no es tóxica per se, pero sufre un proceso de metabolización en el hígado que genera un metabolito tóxico muy nocivo para los hepatocitos y cuya consecuencia última es una excesiva acumulación de grasa intracelularmente y en el parénquima hepático.
En definitiva, conseguir aumentar y optimizar la vida productiva del animal de granja requiere de un enfoque holístico que proporcione ayuda mediante diferentes mecanismos de acción y en diferentes puntos del ciclo.
Hoy en día es altamente recomendable optimizar la nutrición para conseguir los objetivos marcados por la genética, ya que junto con la bioseguridad es el factor de mayor influencia en la granja.
En el marco de este enfoque, MIAVIT propone varias soluciones para cada uno de los problemas anteriormente mencionados:
Arranque óptimo
Un producto soluble en agua de bebida muy completo, Aminovital Plus, que contiene todo el paquete de vitaminas hidro y liposolubles, una concentración de proteína bruta de más del 40% e ingredientes antioxidantes que, dado que se administran en el agua de bebida, van a llegar de forma más rápida y eficaz al organismo de la pollita.
Salud ósea y calidad de cáscara
Dos productos líquidos bien diferenciados para administrar en el agua de bebida, MiaPhos y MiaCalcium PrimeD.
El primero de ellos basa su acción en el fósforo, calcio y los oligoelementos zinc, cobre y manganeso. Una aplicación periódica de 3 días/semana a partir de la semana 40 va a prevenir de forma eficaz la aparición de estos problemas óseos y el porcentaje de fisuras en la cáscara.
Por otro lado, el MiaCalcium PrimeD basa su acción en el calcio y el 25-hidroxicolecalciferol, un metabolito activo de la vitamina D3 más biodisponible que esta, ya que se salta el paso de activación de esta última en el hígado para convertirse precisamente en 25-hidroxicolecalciferol, su forma activa. Aplicar el producto en agua de bebida durante las últimas horas del día 3 días/semana a partir de la semana 40 ayuda a mejorar la disponibilidad del calcio específicamente para su uso en la calcificación de la cáscara, ya que esta se produce durante la noche y por tanto disminuye la presión sobre el reservorio óseo mejorando a la vez la calidad de la cáscara.
Salud hepática
Un protector hepático líquido, Livervital, con una composición muy meditada para administrar en agua de bebida que cuenta con factores lipotrópicos como son el cloruro de colina, la metionina, L-carnitina, vitaminas del grupo B y betaína así como ingredientes antioxidantes naturales como son la vitamina E y el extracto de cardo mariano, más conocido como silimarina, y alcachofa.
Los factores lipotrópicos favorecen la movilización de grasas del hígado hacia otras localizaciones, así como la utilización de ácidos grasos como fuente de energía, por lo que reducen sobremanera el riesgo de acúmulo excesivo de grasa
Por otro lado, los ingredientes antioxidantes ayudan a combatir el exceso de radicales libres consecuencia del estrés oxidativo producido en situaciones de enfermedad, lesión o estrés metabólico hepático y que tanto daño producen a nivel tisular.
Captación de micotoxinas
MiaBond 360 es un captador de micotoxinas vía alimento que elimina el riesgo de intoxicación y, por consiguiente, daño hepático causado por estas. Actúa a 3 niveles: adsorción de micotoxinas polares como la aflatoxina; biotransformación de vomitoxina y fumonisina en metabolitos no tóxicos y por último apoyo antioxidante para, al igual que el Livervital, ayudar a combatir los radicales libres originados durante el estrés oxidativo. Administrarlo en las fases más sensibles como el starter o la fase de pico de puesta y sobre todo durante las épocas de más calor y humedad (más riesgo de micotoxinas) puede evitar muchos problemas.
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