Fortaleciendo la salud hepática en aves

Síntesis de proteínas plasmáticas, entre las que se encuentran las lipoproteínas y transformación en ácido úrico del exceso de aminoácidos, entre otras.

METABOLISMO DE CARBOHIDRATOS

El hígado es el principal reservorio de glucógeno. Este, a su vez, es el reservorio de la principal fuente de energía de primera opción: la glucosa.

METABOLISMO LIPÍDICO

En las aves la totalidad de lípidos absorbidos de la dieta deben pasar por el hígado previamente a alcanzar su lugar definitivo, ya sea tejido adiposo, músculo, etc.

Además de esto:

En el hígado es donde se va a producir el 90% del total de la lipogénesis.

“La cantidad de lípidos sintetizados cada año por una gallina ponedora iguala su peso corporal”.

Estas dos características indican que el hígado está predispuesto a acumular un exceso de grasa.

Una patología muy frecuente observada en gallinas ponedoras derivada de estas particularidades del metabolismo lipídico es el “Síndrome del Hígado Graso y Hemorrágico”.

El problema que conlleva este síndrome es su presencia de forma subclínica: normalmente no se detecta hasta que es demasiado tarde y comienza a aumentar drásticamente la mortalidad.

Por tanto, ya desde mucho antes se empiezan a sufrir pérdidas productivas y económicas.

Al abrir el abdomen lo primero que llama la atención es un hígado muy aumentado de tamaño, de color amarillento y friable.

La causa es una acumulación excesiva de grasa en los hepatocitos e intersticio hepático.

En condiciones intensivas las gallinas están sometidas a tal presión metabólica que se puede decir que esta patología es prácticamente endémica y se va a producir más tarde o más temprano si no se llevan a cabo ciertas medidas para proteger la salud hepática.

Estas medidas no solo sirven para esta patología en concreto si no para cualquier tipo de problema que incluye el hígado.

Pueden ser medidas de manejo:

» disminuir las fuentes de carbohidratos de la dieta a la vez que se aumentan las fuentes de grasa para reducir la presión de lipogénesis en el hígado.

O también, medidas de control de calidad higiénica:

» mantener una calidad higiénica óptima del pienso utilizando captadores de micotoxinas para evitar la posible intoxicación por micotoxinas hepatotóxicas como la aflatoxina.

Además de todo esto está indicado el uso de un protector hepático.

LIVERVITAL

Livervital es un protector hepático líquido de aplicación en agua de bebida con una composición muy completa y estudiada.

Además de los obligatorios ingredientes lipotrópicos como:

» la colina, la metionina, la betaína y la carnitina (cuya función principal, entre otras, es la de ayudar a movilizar la grasa acumulada en el hígado y permitir utilizarla de forma más eficiente como fuente de energía),

» y de las vitaminas del grupo B tan importantes para el metabolismo energético y lipídico.

También está compuesto por tres ingredientes muy especiales.

» Vitamina E. Conocida por su potente efecto antioxidante, esta vitamina es liposoluble, a diferencia de las vitaminas del grupo B que también forman parte del producto.

MIAVIT ha conseguido con un complejo proceso tecnológico mezclar estos dos tipos de vitaminas en un producto líquido apto para agua de bebida que no da ningún problema de solubilidad.

La función de esta vitamina en situaciones específicas de daño hepático es la de disminuir el estrés oxidativo derivado de dicha lesión y ayudar a regenerar los hepatocitos de una forma más eficiente y rápida para reanudar cuanto antes la alta producción.

» Extracto de alcachofa y cardo mariano. Estos dos extractos naturales polifenólicos complementan la acción antioxidante de la vitamina E y su función regeneradora.

Además de esto, el cardo mariano tiene probados efectos contra micotoxinas hepatotóxicas.

Por lo tanto, el Livervital no está únicamente indicado para prevenir y tratar el Síndrome de Hígado Graso y Hemorrágico, sino que, dado que es un producto tan versátil, podemos usarlo tras tratamientos antibióticos en los que el hígado ha soportado una mayor presión metabólica de la normal o junto a captadores de micotoxinas para ayudar a mitigar posibles micotoxicosis que afecten al hígado.

En conclusión, el hígado es un órgano demasiado importante para la producción avícola como para dejarlo a su suerte sin un apoyo extra, sobre todo en las líneas productivas modernas en las que el metabolismo se mantiene siempre al máximo.