La eficiencia alimentaria y la huella ecológica de las vacas lecheras

Tras licenciarme en la Universidad de Wageningen (Países Bajos) y en el Instituto Superior de Agricultura de Lille (Francia), comencé mi carrera como ingeniero técnico de ventas en un fabricante de piensos, antes de convertirme en director de nutrición de una empresa de coproductos vegetales para raciones de rumiantes. Desde hace 8 años trabajo en el sector de los aditivos sensoriales como responsable del mercado de rumiantes en Phodé.

¿Cuáles son los mayores retos de producción a los que se enfrentan las vacas lecheras hoy en día, y cómo encajan la eficiencia alimentaria y la huella ecológica?

La guerra de Ucrania alteró los precios de los cereales durante la recesión económica mundial que siguió a la pandemia de COVID-19. Los precios del gas y la electricidad también se movieron en la misma dirección.

La subida de los precios de los insumos agrícolas ha provocado que el IPAMPA de la leche de vaca se dispare un 19% entre 2021 y 2022. El futuro a largo plazo y la competitividad del sector lácteo europeo dependen de su capacidad para realizar la transición ecológica necesaria para adaptarse a los mercados del mañana.

La producción lechera se enfrenta a tres grandes retos: mantener la rentabilidad a pesar del aumento de los costes energéticos y de precios agrícolas sin precedentes, y producir leche baja en carbono para limitar el cambio climático. El sector lácteo ya ha tomado una serie de medidas para mejorar el bienestar animal, la proximidad y calidad al consumidor y la sostenibilidad.

El primer reto es económico, con la necesidad de mantener y mejorar el margen sobre los costes de alimentación, precursor del excedente bruto de explotación. La viabilidad a largo plazo de las explotaciones es una cuestión delicada, dada la volatilidad de los precios y la disponibilidad de las materias primas.

A ello se añaden fenómenos climáticos que penalizan la producción forrajera, como la sequía que afecta actualmente a gran parte de España.

La segunda cuestión es social. En Francia, por ejemplo, la mitad de los ganaderos se jubilarán en los próximos 10 a 15 años, lo que significa que el número de explotaciones lecheras se reducirá drásticamente de aquí a 2040, y menos de uno de cada dos ganaderos será sustituido.

Además, el tamaño cada vez mayor de las explotaciones hace más difícil transmitir el negocio, dada la inversión financiera necesaria.

Por último, la imagen del ganadero se ha visto perjudicada por determinados canales de comunicación, y el escaso conocimiento de los sistemas de producción por parte de los consumidores ensombrece la imagen de la ganadería lechera.

La transición medioambiental es un reto importante para la ganadería de rumiantes. La ganadería emite 115 megatoneladas de metano al año, lo que representa el 14,5% del total de las emisiones mundiales.

Este gas es especialmente singular porque su GWP100 es igual a 28. Sin embargo, su vida media en la atmósfera es de 9 años, frente a los 43 a 144 años del dióxido de carbono. Por eso es vital reducir las emisiones de metano si queremos limitar el calentamiento global a 2°C a corto plazo.

Por ello, las autoridades públicas se han comprometido a reducir la huella de carbono de la leche en un 20% de aquí a 2025.

¿Qué estrategia debe adoptarse para afrontar los retos de la producción de vacas lecheras?

Dado que los costes de alimentación representan la mayor parte del coste de producción de un litro de leche, es vital gestionar la eficiencia alimentaria del rebaño.

Los fenómenos climáticos que influyen en la calidad y la cantidad del forraje cosechado, así como el aumento del coste de los abonos y del carburante para las labores agrícolas, obligan a optimizar cada kilo de materia seca ingerido.

El planteamiento de reducir el coste de las raciones sólo aborda el aspecto económico. Va en detrimento del aspecto medioambiental, ya que la intensidad de las emisiones de metano (g CH4/kg de leche producida) tiende a aumentar a medida que disminuye la productividad.

Otra palanca consiste en maximizar la cantidad de leche producida al día. Además de aumentar la producción, también es necesario reducir al máximo el número de días improductivos. Para ello hay que prestar especial atención a la fertilidad y la reproducción. Del mismo modo, hay que mejorar la longevidad de las vacas previniendo los trastornos metabólicos, las cojeras y los problemas postparto que comprometen el número de lactancias posibles por vaca. 

Una mayor longevidad significa menos terneros y novillas que criar para garantizar la renovación del rebaño, lo que reduce las emisiones de metano en la explotación.

Por último, la longevidad de las vacas lecheras es también un criterio que puede ser percibido positivamente por los consumidores, ya que se sacrifican menos animales a una edad temprana.

La eficiencia proteínica es también un área de trabajo clave para reducir la ingesta de proteínas en las raciones. Los efectos positivos de la reducción de proteínas en el medio ambiente son dobles: menos contaminación del suelo por la menor excreción de nitrógeno y menos emisiones de carbono por el menor uso de harina de soja importada y/o de fuentes de nitrógeno producidas localmente.

¿Lo que es bueno para la economía es bueno para el planeta?

La sostenibilidad se basa en tres pilares: la economía, el medio ambiente y la sociedad. La economía y el medio ambiente están vinculados.

Cualquier desequilibrio en una perjudica a la otra.

El constante afán de productividad de las últimas décadas ha llevado en ocasiones a excesos perjudiciales para el planeta. Un ejemplo es el uso desmedido de antibióticos y la aparición de resistencia a los mismos.

La necesidad de proteínas animales – leche o carne – aumentará en los próximos años. Por tanto, la ganadería del mañana deberá producir mejor para alimentar al planeta.

¿Cuáles son los principales mecanismos de acción de las soluciones de Laboratorios Phodé para fomentar la eficiencia alimentaria y reducir los residuos?

Phodé desarrolla soluciones para el bienestar de los animales de granja desde 1996. Bienestar es sinónimo de rendimiento. Para lograrlo, nos centramos en las sinergias entre los bioactivos vegetales, con la particularidad de utilizar la vía olfativa.

Las investigaciones han demostrado el potencial de las moléculas sensoriales para adaptar el comportamiento de los animales en la ganadería moderna e interactuar con su microbiota.

La eficiencia alimentaria puede conseguirse de varias maneras, con soluciones distintas que satisfagan las necesidades y objetivos de nuestros clientes.

En primer lugar, garantizar que los animales consuman lo que deben desarrollando el atractivo y la fidelidad del alimento o enmascarando determinados sabores y olores.

En segundo lugar, la gestión del estrés es un área de trabajo importante si queremos mantener comportamientos adaptados y similares a los que tendrían los animales en libertad. 

También hay que limitar el estrés oxidativo para evitar patologías. Por último, es posible regular la actividad de la microbiota ruminal. Oleobiotec Rumiantes es la referencia para mejorar la eficacia alimentaria y reducir los residuos.

Su acción sobre la descomposición de la materia nitrogenada y la síntesis de proteínas microbianas en el rumen limita la excreción de urea en la leche. 

El gobierno holandés está estudiando imponer una reducción del porcentaje de proteínas en las raciones de las vacas lecheras para reducir la contaminación por nitrógeno de las aguas subterráneas.

Dado que esta estrategia nutricional podría provocar un descenso de la producción, se ha probado con éxito que la reducción de las proteínas alimentarias con Oleobiotec Ruminant mejora la eficacia proteica y reduce en un 16% la excreción total de nitrógeno en orina, heces y leche.  Bastan unos gramos de principios activos vegetales para conciliar productividad y medio ambiente.

La sociedad está cambiando, y el sector ganadero atraviesa una crisis tras otra. ¿Cómo prevé  Laboratorios Phodé desarrollar sus gamas de cara al futuro?

Afirmamos nuestra independencia en un sector agroalimentario cada vez más concentrado. Esta independencia nos da la libertad de imaginar las soluciones del mañana. El bienestar de los animales está en el centro de nuestras preocupaciones desde la creación de la empresa. 

Las soluciones que desarrollamos ayer tendrán su lugar mañana. Ya actúen a nivel cerebral, digestivo o celular, el potencial de la ganadería se expresa más ampliamente. 

Los cambios en el marco reglamentario de los aditivos y los flujos logísticos mundiales nos llevan a replantearnos el diseño de las soluciones, haciendo hincapié en las soluciones locales y la eficiencia energética. 

Las consecuencias del cambio climático son ya bien conocidas y están ampliamente extendidas.

Por eso Phodé está intensificando su trabajo para reducir la huella de carbono de la cría de rumiantes reduciendo las emisiones de los rebaños.