Reducir la contaminación por Salmonella y Campylobacter de los productos de aves de corral es una prioridad para los gobiernos y comerciantes.
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Optimizar la función intestinal es clave para la salud de las aves de corral. Hace muchos años que los probióticos y el butirato se utilizan para la nutrición de las aves de corral, y cada vez comprendemos mejor sus efectos beneficiosos.
Así pues, se ha perfeccionado su formulación específica y el lugar del intestino en que se administran.
Esta estrategia ayuda a los productores a controlar los patógenos como Salmonella, Campylobacter y Clostridium perfringens, además de a reducir la dependencia de los antibióticos.
La mucosa intestinal es el lugar donde se producen las interacciones entre el huésped, la microbiota y los elementos externos.
También es donde se produce la absorción de los nutrientes y la estimulación del sistema inmunitario innato, para impedir que las bacterias y las toxinas entren al torrente sanguíneo.
La integridad intestinal de las aves de corral se ve constantemente puesta a prueba por el entorno, la dieta y los patógenos.
El desarrollo y mantenimiento de una función intestinal robusta depende de la composición de la microbiota intestinal.
Si el intestino y la microbiota reciben ayuda, la salud del ave resiste.
Los probióticos se utilizan como aditivos del pienso para crear una microbiota resiliente y saludable.
El Bacillus subtilis DSM 29784 (Bs29784), ha demostrado su eficacia para proteger a los animales. Actúa sobre tres líneas de defensa conectadas:
Refuerza la resiliencia del microbioma,
Fortalece la función de la barrera intestinal y,
Mantiene la integridad del intestino, además de contribuir a la capacidad de reacción del sistema inmunitario.
Las soluciones probióticas para aves de corral deberían diseñarse específicamente para brindar coherencia, además de una óptima actividad y germinación en el intestino.
Hay multitud de datos sobre los beneficios del butirato sobre la salud intestinal en muchas especies.
El butirato es una molécula señalizadora central que tiene un efecto directo sobre la microbiota, lo que favorece la integridad intestinal.
La producción de butirato cecal no comienza hasta alrededor de los 12 días de edad en los pollos.
En las aves mantenidas en condiciones normales, el uso de butirato de liberación precisa en las dietas de iniciación mejoró la morfología intestinal, incluido el área de la superficie de las vellosidades intestinales.
En condiciones problemáticas, las diferencias fueron aún más notorias.
La eficacia del butirato depende de cómo se suplemente y de la formulación del aditivo utilizado.
El butirato es capaz de activar diversas respuestas fisiológicas a lo largo de todo el tracto digestivo, ya que varios tipos de células asociadas al intestino pueden reconocer al butirato como una molécula señalizadora o utilizarlo como fuente de energía.
Para asegurar que esto ocurre así, es necesaria una formulación precisa que proteja el producto y controle su liberación.
Se han comparado diversos productos a base de butirato en pollos infectadas con Salmonela (Imagen 1).
Imagen 1. Recuentos cecales relativos de butirato y Salmonella en aves de engorde alimentadas con distintos productos de butirato (Onrust et al., 2010). Butirato sin protección (UNP), Tributirina (TB), Butirato recubierto de liberación precisa (PDCB), y dos prototipos de butirato experimentales, con niveles de protección fuerte (prt-1) y ultra-fuerte (prt-2).
Cuanto más elevado sea el nivel de protección continua liberada, mayor será la concentración relativa cecal de butirato.
Esto tiene una importante correlación con un menor recuento de Salmonella a nivel cecal.
Para ayudar a las aves a afrontar las continuas exposiciones, los probióticos deben administrarse durante toda la vida del animal.
De este modo, se ayuda al sistema inmunitario, y se evitan los efectos negativos para la salud de los patógenos, y problemas como el estrés térmico.
La microbiota determina lo que sucede en el lumen intestinal y sus alrededores.
El Bs29784 produce metabolitos, que a su vez influyen en la microbiota – reduciendo la cantidad de microorganismos competidores (Gráfico 1).
Gráfico 1. Abundancia de Bacillus spp. (B) y concentraciones de metabolitos (H) en el íleon, con y sin suplemento probiótico (Choi et al., 2021).
Para favorecer el buen estado de salud a lo largo de todo el ciclo, es esencial un buen comienzo.
Proporcionar butirato contribuye al desarrollo intestinal para ayudar al ave a prepararse frente a las exposiciones.
El Bs29784 añadido a todas las dietas brinda una protección adicional en todos los casos.
El intestino inmaduro de las aves jóvenes necesita un tiempo para poder enfrentarse a las exposiciones con efectividad.
La administración de un probiótico ayuda al ave a desarrollar con mayor rapidez la microbiota beneficiosa, que a su vez produce butirato.
No obstante, el modo más rápido de conseguir un nivel óptimo es administrar una forma superior de butirato.
Reducir la contaminación por Salmonella y Campylobacter de los productos de aves de corral es una prioridad para los gobiernos y comerciantes.
La Imagen 2 muestra los distintos puntos en que la Salmonella puede infectar a las aves de corral y el modo en que la intervención a través de la dieta puede protegerlas.
Imagen 2. Formas de interceptar la Salmonella a distintos niveles.
El butirato es antiinflamatorio y ayuda a proteger la integridad intestinal, reduciendo la translocación de los patógenos.
El Bs29784 tiene un perfil de metabolitos único que aumenta su actividad, incluida la niacina, una vitamina que actúa como co-factor enzimático.
Los estudios revelan que comparte un receptor con el butirato en el intestino.
La combinación de Bs29784 y butirato crea un entorno que resulta mucho menos favorable a la colonización de los patógenos.
Es importante comprender individualmente la situación de los productores para crear un programa óptimo de salud intestinal.
Habrá diferencias en las prioridades de los consumidores, y en las condiciones ambientales y comerciales.
Utilizar aditivos que refuerzan todo el intestino, a lo largo de la vida del animal, contribuye a la salud del ave y a que la producción sea rentable.
Los probióticos y el butirato ayudan a la salud intestinal, trabajando juntos en vías complementarias beneficiosas para el intestino.
La resiliencia desde el comienzo y a lo largo de toda la vida da como resultado un ave más capaz de afrontar los retos, independientemente de dónde se produzcan.
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