Las proteínas de la dieta pueden tener efectos sobre el sistema inmunológico. Los estudios de desnutrición proteico-energética en niños enfatizaron el papel de la deficiencia de proteínas en la alteración de las respuestas inmunes mediadas por células. Los estudios en animales confirmaron que la deficiencia de proteínas reduce el estado inmunológico. El papel de los aminoácidos individuales es menos claro.
Estudios más recientes han examinado los efectos de la glutamina y la arginina para mejorar el sistema inmunológico.
Glutamina
La glutamina es metabolizada preferentemente por la mucosa intestinal y por los linfocitos. Al mantener las células de la mucosa, mejora la función de barrera intestinal contra la infección bacteriana. Como precursor del glutatión (GSH), ayuda a mantener el estado antioxidante de las células, especialmente la mucosa intestinal y los linfocitos.
La inhibición de la síntesis de GSH conduce a la degeneración de las mitocondrias y al daño estructural de muchos tejidos, incluidos el músculo esquelético y el pulmón, pero especialmente a tejidos que se recambian rápidamente, como las células de la mucosa intestinal (Mårtensson et al., 1990).
El nivel de GSH en los linfocitos es muy crítico, y disminuye con el estrés oxidativo en situaciones de enfermedad con pérdida de inmunocompetencia (Grimble, 2001).
El caso mejor estudiado de deficiencia de GSH es el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El grado de depleción de GSH no solo es un pronóstico de la aparición del SIDA, sino que la suplementación con N-acetilcisteína restaura los niveles de GSH y previene la progresión de la enfermedad (Herzenberg et al., 1997).
Ahora se está demostrando la importancia de mantener los niveles de GSH en animales de granja:
Los novillos alimentados con una dieta que suministraba sólo el 60% de las necesidades de mantenimiento tenían los niveles de GSH en el hígado reducidos al 26% con respecto al control (Sansinanea et al., 2000).
Los cerdos con deficiencia de proteínas tenían GSH de eritrocitos reducido al 80% de los controles.
Un estímulo inflamatorio agotó aún más el GSH en los cerdos deficientes en proteínas, pero no tuvo efecto en los cerdos con aporte proteico suficiente (Jahoor et al., 1995).
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