Influencia de los aditivos alimentarios en el estímulo de las células del sistema inmune innato
La nutrición es un factor predominante cuando relacionamos el estado de salud y el bienestar animal.
Está relacionada con todos los procesos implicados desde la ingestión hasta la absorción de nutrientes por las células del organismo. La salud, a su vez, es regulada principalmente por el correcto funcionamiento y equilibrio del sistema inmune.
De este modo, queda clara la importancia de la relación entre la nutrición adecuada y la inmunidad, y el grado en que esto influye en los mecanismos de desempeño general del organismo animal.
El sistema inmune está dividido en innato y específico, donde ambos trabajan juntos y en perfecta sintonía.
El sistema inmune innato es la primera línea de defensa del animal donde se encuentran los leucocitos, un grupo grande de células de defensa, también llamados glóbulos blancos.
Entre estas células, algunas se clasifican como células fagocíticas (monocitos, macrófagos, neutrófilos y células dendríticas) que, al entrar en contacto con todos los microorganismos patógenos o partículas extrañas al organismo, los fagocitan iniciando toda una respuesta de defensa en cadena.
En la superficie de estas células inmunológicas se encuentran receptores de tipo Toll, que reconocen patrones microbianos e inducen una respuesta inmune innata inmediata. Después de esta activación y fagocitosis, el fagocito (célula presentadora de antígeno “APC”) presenta un fragmento procesado del antígeno.
El reconocimiento de los patógenos por el sistema inmune innato desencadena defensas inmediatas y, posteriormente, la activación de la respuesta inmune específica, completando así una cadena de mecanismo de defensa de los animales.
Esta respuesta es proinflamatoria y necesaria para controlar la proliferación, invasión y daños causados por el antígeno en el organismo animal.
Aunque a menudo esta respuesta inflamatoria sea importante y beneficiosa para el proceso de defensa de los animales, en períodos prolongados ocurren daños celulares y tisulares que dan lugar a la aparición de:
Enfermedades secundarias
Inmunosupresión
Alteración de la homeostasis inmunológica
Disbiosis intestinal
Y, por último, caídas de desempeño y aumento de la mortalidad
De este modo, es fácil entender cómo una dieta no balanceada, ingredientes y aditivos de baja calidad pueden influir negativamente en el equilibrio de todo el mecanismo, exigiendo una respuesta inflamatoria.
Estos daños están relacionados directamente con la salud intestinal, donde ocurre un deterioro de la integridad y permeabilidad intestinal. El aumento de la permeabilidad hace que el animal sea más susceptible a las bacterias patógenas, toxinas, micotoxinas y haya daños a las tight junctions (uniones estrechas) y a los enterocitos, donde estos antígenos invaden y se trasladan más fácilmente al torrente sanguíneo y a otros órganos y tejidos internos (Figura 1).
Figura 1. Dinámica del proceso de daños a las uniones estrechas por los antígenos.
Un correcto programa de medidas que incluyan:
Nutrición balanceada
Vacunación
Reducción de los factores de estrés
Buenas prácticas de manejo
Bienestar animal
pueden disminuir considerablemente la incidencia de inmunosupresión.
Así, asociar una dieta con aditivos naturales y seguros, estimulan y fortalecen el sistema inmune garantizando una respuesta rápida y eficaz a los retos, es un punto clave en la actual producción animal, que en su mayoría es intensiva. |
La pared celular de levadura Saccharomyces cerevisiae (ImmunoWall®, ICC Brazil) procedente del proceso de fermentación de la caña de azúcar para la producción de etanol contiene alrededor de 35% de β-glucanos 1,3 y 1,6 y 20% de manano oligosacáridos (MOS).
Los β-glucanos son conocidos como inmunomoduladores del sistema inmune ya que, al entrar en contacto con las células fagocíticas, son reconocidos por los enlaces β-1,3 y 1,6 y estimulan la producción de citocinas, iniciando una reacción en cadena cerca del sistema inmune específico, que mejora la eficacia de la respuesta inmune.
Un estudio realizado por Bonato et al. (2020) evaluó la eficacia de la respuesta inmune de ImmunoWall® en pollos desafiados por Salmonella.
Las aves fueron alimentadas con dieta complementada con ImmunoWall® (0,5 kg/ton) e infectadas a los dos días de edad con Salmonella Enteritidis [SE] (dosis oral de 108 UFC/ ave). A los 8, 14 y 21 días de edad fueron colectadas muestras de sangre para cuantificar los leucocitos y APC.
Es importante señalar que durante la dinámica normal de una infección, ocurre una movilización de los leucocitos de la sangre hacia el intestino, pero si el animal presenta otra infección, la reducción de los leucocitos circulantes totales puede perjudicar la respuesta al ataque a este segundo antígeno.
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En el análisis de este estudio, el perfil inmune de los leucocitos fue claramente influenciado por el desafío, especialmente a los 14 días de vida. El grupo infectado y complementado con ImmunoWall® presentó una mayor cantidad de leucocitos en la sangre, es decir, produjo una menor movilización de los leucocitos de la sangre hacia el intestino a los 14 días en comparación con el grupo infectado (Gráfico 1).
Gráfico 1. Efecto de ImmunoWall® sobre los leucocitos totales de pollos de engorde desafiados con Salmonella Enteritidis.
Al analizar las APCs, comprobamos que a los 14 días el grupo infectado y complementado con ImmunoWall® presentó más células que el grupo infectado.
Las APCs son capaces de fagocitar microorganismos patógenos y partículas extrañas al organismo, digerirlos en péptidos y presentarlos en la superficie exterior de su membrana por medio de un complejo llamado complejo principal de histocompatibilidad (MHC), para que las células del sistema inmune específico entren en acción.
Es decir, los β-glucanos presentes en ImmunoWall® por medio del estímulo de las células fagocíticas del sistema inmune innato proporcionaron mejor una respuesta de las APCs, lo que resultó en una acción más rápida y eficaz del sistema inmune específico (Gráfico 2).
Esta respuesta puede ser observada mediante la mayor producción de IgA anti Salmonella a los 14 días de edad.
Gráfico 2. Efecto de ImmunoWall® sobre las células que presentan antígenos (APCs) de pollos desafiados por Salmonella Enteritidis.
APC: células presentadoras de antígenos (células dendríticas, monocitos, macrófagos y algunos linfocitos B). Relevancia estadística indicada con diferentes letras sobre cada grupo. Prueba de ANOVA con post-prueba de Tukey (P<0,05, salvo cuando sea indicado lo contrario). Las diferencias entre los grupos en el conjunto de las tres colectas son indicadas en la P correspondiente a la derecha de cada gráfico.
Estudios previos con ImmunoWall® muestran resultados consistentes que prueban su:
Eficacia directa en la reducción de patógenos (FERREIRA et al., 2014; RAHIMI et al., 2014; BONATO et al., 2016; HOFACRE et al., 2017; BONATO et al., 2020)
Acción directa sobre la inmunomodulación, lo que resulta en una mayor producción de células fagocíticas e indirectamente proporciona una mejor producción de anticuerpos induciendo una respuesta más rápida y efectiva a los desafíos (BONATO et al., 2020).
El aumento en la producción de anticuerpos también se demuestra en las titulaciones de vacunas, donde la suplementación con ImmunoWall® proporciona la mayor producción de anticuerpos en el título de la vacuna.
Las pruebas realizadas con ImmunoWall® en aves desafiadas muestran una mejora estadística en la permeabilidad intestinal, reduciendo la translocación de patógenos al torrente sanguíneo (BONATO et al., 2020) y contaminación a otros órganos (FERREIRA et al., 2014; HOFACRE et al., 2017), reduciendo la mortalidad y consecuentemente mejorando el desempeño productivo (BONATO et al., 2016; RIVERA et al., 2018; KOIYAMA, et al. 2018).
Así, la suplementación de las dietas con ImmunoWall® es una herramienta importante, que contribuye al mantenimiento de la salud intestinal y estimula una respuesta inmunológica más rápida, reduciendo el daño causado por el estrés y consecuentemente la pérdida de desempeño.
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