Ante la retirada de los antibióticos promotores del crecimiento y de otros aditivos que ayudan al control de patógenos en la producción animal, los productores están recurriendo desde hace años a estrategias alternativas como la acidificación del agua con ácidos orgánicos e inorgánicos.
Además de su efecto inhibidor de éstos contra patógenos importantes, también suponen otros beneficios como el mayor aprovechamiento del alimento y una composición más favorable de la microbiota.
Retos en la producción animal
El uso de ácidos en la producción animal no es nada nuevo; de hecho, se han utilizado durante décadas, aunque su uso principal ha sido el de la preservación de los alimentos debido a su actividad inhibidora contra bacterias, hongos y mohos.
Sin embargo, el papel de los ácidos orgánicos en la alimentación animal ha adquirido una nueva dimensión: la de los nuevos promotores del crecimiento.
Los antibióticos y otras sustancias (como el óxido de zinc) se han usado para evitar diarreas y favorecer el crecimiento en diversas especies productivas, principalmente en las aves y los cerdos.
La efectividad de estos productos es innegable, sin embargo, tienen efectos adversos para el medio ambiente y para la salud humana.
Por ejemplo, existe una creciente preocupación de que el uso de antibióticos como promotores del crecimiento conduce a resistencias antimicrobianas, lo cual resulta en un mayor riesgo para las personas. Por este motivo, la Unión Europea restringió esta práctica en 2003 y, ulteriormente, la prohibió en 2006 (EC Nº1831/300).
Asimismo, el uso del óxido de zinc tiene un efecto negativo en el medio ambiente, por lo que, en 2022, la UE ha prohibido su uso para la prevención de la diarrea post destete en cerdos.
La producción animal no existe en un vacío y los productores deben adaptarse a las presiones del mercado. Es inevitable que se produzca un viraje hacia una producción con menos medicamentos y más consciente de la salud pública y ambiental.
¿Cuáles son los beneficios de la acidificación del agua de bebida?
El pH es uno de los factores fundamentales para la vida. Los organismos, por lo general, sólo pueden existir dentro de un rango de pH bastante limitado.
Las enzimas que llevan a cabo procesos químicos necesarios para la vida, como la liberación de energía y la digestión de las proteínas, únicamente pueden operar de manera eficiente a ciertos niveles de pH.
Una acidificación subóptima conduce a un menor nivel de aprovechamiento del alimento y, consecuentemente, a un menor rendimiento. Esto se debe a que enzimas proteolíticas como la pepsina actúan mejor en un pH más ácido.
Además, el mismo ácido clorhídrico secretado por el estómago tiene una acción digestiva en los alimentos.
En condiciones de pH elevado o cuando no se alcanza la acidez apropiada, los jugos gástricos no logran digerir los alimentos. Esto se puede deber al efecto búfer de los alimentos mismos y ocurre, por ejemplo, en cerdos destetados, los cuales tienen un sistema digestivo inmaduro.
Las bacterias oportunistas sacan ventaja de estas condiciones. Estos patógenos no solo compiten con el animal por nutrientes, sino que además producen toxinas y otros metabolitos dañinos.
Por si fuera poco, estas bacterias también dañan a la microbiota, es decir, a las bacterias benéficas, y a la pared intestinal (microvellosidades).
En el caso de los animales, un pH más ácido, es el idóneo en el sistema digestivo, especialmente en el estómago y el intestino proximal. En estos segmentos de mayor acidez, el menor pH cumple la importante función de barrera a toda suerte de patógenos; es decir, la acidez forma parte de la inmunidad innata o inespecífica.
Así pues, la acidificación del agua de bebida tiene tres beneficios principales:
Mejorar el proceso de digestión
Evitar que bacterias patógenas puedan proliferar en el intestino
Y, a la vez, que las bacterias benéficas tengan el pH adecuado y puedan otorgar al animal la multitud de beneficios que suponen:
Inmunidad
Producción de sustancias neuroactivas
Producción de ácidos y otros metabolitos que son fundamentales para el desarrollo de un sistema digestivo más robusto y, por lo tanto, más eficiente al momento de aprovechar el alimento.
Acidificación del agua en cerdos
Las diarreas post destete son uno de los principales problemas en producción porcina. Debido al cambio de alimentación y al estrés durante este periodo, los cerdos destetados son los que más se benefician de una estrategia de acidificación.
Asimismo, los ácidos orgánicos en el agua y el alimento tienen un efecto benéfico en la microbiota acidófila, especialmente Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp.
El efecto de la acidificación del agua en la producción porcina se manifiesta como un mayor crecimiento, así como una menor incidencia de diarreas durante el destete.
Aunque hay evidencia de que los cerdos se pueden beneficiar de la acidificación en diferentes etapas productivas, el mayor efecto se percibe en las primeras dos semanas post destete.
En sistemas tecnificados, la acidificación del agua puede servir para evitar el crecimiento de hongos y bacterias en las tuberías de los bebederos, que es un problema frecuente y conduce a la obstrucción de las fuentes de agua.
Los sistemas de alimentación automáticos permiten dosificar los ácidos orgánicos de forma adecuada.
Acidificación del agua en aves
En la producción avícola, los ácidos orgánicos son efectivos contra tres patógenos de alta relevancia para el sector:
E. coli
Salmonella spp.
Campylobacter jejuni
Este último, en particular, se suele transmitir a través del sistema de tuberías, por lo que la acidificación del agua de bebida puede formar parte de un sistema integral de bioseguridad. |
Asimismo, se ha demostrado que los ácidos orgánicos aumentan la longitud de las vellosidades y el volumen del intestino delgado de las aves de engorde, por lo que también aumenta su rendimiento.
Es importante encontrar alternativas para aumentar la productividad y, a la vez, reducir el impacto en el medio ambiente.
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