A día de hoy España tiene la mayor cabaña porcina de Europa, y es el segundo productor de cerdos de la UE.
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Una solución natural para el control de patógenos en la producción porcina.
Cada vez más, la demanda de ingredientes sanos y naturales en los alimentos, cobra fuerza tanto en España, como en Europa y en el mundo, lo que supone también una inversión en tecnología y el compromiso de la industria.
La tecnología en la fabricación de los productos, es fundamental ya que integra técnicas de estandarización de la producción, almacenamiento, distribución y conservación del potencial nutricional de la materia prima, lo que además de mejorar la productividad, permite alcanzar un nivel de calidad cada vez mayor.
Así, establecer un vínculo entre calidad, valor nutricional y seguridad alimentaria es una tarea que ha exigido mucha investigación en las industrias para garantizar la salud pública.
A día de hoy España tiene la mayor cabaña porcina de Europa, y es el segundo productor de cerdos de la UE.
En los últimos años, los investigadores han destacado la importancia y los beneficios de la microbiota para el desarrollo y la salud de los lechones a lo largo de su vida; y cómo ésta influye en el control de patógenos.
En este proceso influyen varios factores, como el estrés post-destete, el cambio de una dieta líquida a una sólida y la calidad de la nutrición.
La primera colonización definirá la eficiencia funcional, la capacidad de absorción de nutrientes y el desarrollo del sistema inmunitario a lo largo de su vida.
Seleccionar los microorganismos beneficiosos que deben multiplicarse en los intestinos e inhibir la multiplicación de las bacterias patógenas que causan la inflamación es uno de los puntos críticos para beneficiar a los animales, ya que los patógenos causan daños irreversibles en las vellosidades intestinales.
Varios tipos de probióticos, prebióticos, ácidos orgánicos, extractos de plantas, entre otros, actúan directamente sobre los patógenos o, indirectamente, modulando la microbiota y la respuesta del sistema inmunitario, mejorando la integridad intestinal, etc.
Las paredes celulares de la levadura, son un ingrediente 100% natural, se utilizan en la alimentación animal por su acción prebiótica e inmunoestimulante, ayudando a reducir el uso de antibióticos.
Immunowall© es un producto a base de la pared celular de la levadura (Saccharomyces cerevisiae). Una solución que puede ayudar a reducir la contaminación y prevenir el problema.
El cultivo de la levadura puede provenir del proceso de fermentación del etanol, de la cerveza o de panadería.
Durante muchos años, las cepas se destacaron como el factor más importante en la elaboración. Hoy sabemos que el ambiente de fermentación es más crítico que la cepa de levadura, y será lo que proporcionará diferencias fundamentales en la composición del producto final.
Basado en este concepto, ImmunoWall® se distingue por ser producido en un entorno desafiante. El cultivo de levadura pasa por numerosos ciclos de fermentación hasta la obtención de etanol.
Este proceso hace que la pared celular de la levadura sea mucho más densa, lo que da lugar a una mayor tasa de carbohidratos y a un menor contenido de grasa en su composición, lo que la hace menos digerible en el tracto intestinal (Figura 1).
Figura 1. Diferencia estructural microscópica entre ImmunoWall® y la pared celular de levadura de la fermentación primaria. Imágenes de microscopía de luz realizadas en la Instalación de Microscopía Electrónica, Medicina Celular y Molecular, Universidad de California San Diego – 2016.
Los MOS son conocidos por su capacidad de aglutinar patógenos (fimbrias de tipo 1), así como varias cepas gramnegativas (E. coli y Salmonella).
Los MOS proporcionan un sitio de unión para los patógenos y evitan de este modo, la colonización del epitelio intestinal.
Las bacterias aglutinadas serán excretadas junto con la parte no digerible de la fibra.
Los β-Glucanos son moduladores o estimulantes del sistema inmunitario porque cuando entran en contacto con las células fagocíticas (o células presentadoras de antígenos), que reconocen los enlaces β-1,3 y 1,6, las estimulan para que produzcan citoquinas específicas.
Así, se inicia una reacción en cadena que induce la inmunomodulación y mejora la capacidad de respuesta del sistema inmunitario innato.
Cuanto mayor es la concentración de β-Glucanos, menor es la degradación de la pared celular en el tracto gastrointestinal; es decir, mejor es su eficacia como “fibra funcional”.
La pared celular de la levadura tiene una relación BG: MOS cercana a 2:1, mientras que las paredes celulares de la levadura primaria tienen una relación BG: MOS de 1:1 (Figura 1).
Esta composición específica está directamente relacionada con la elevada capacidad de aglutinación de Immunowall®.
Las pruebas in vitro realizadas por ICC Brasil en colaboración con el Laboratorio de Investigación Micológica (LAPEMI) de la Universidad Federal de Santa María demostraron que Immunowall® podía aglutinar el 99,6% de Salmonella spp. y el 99,4% de E. coli spp.
En un estudio hecho en Filipinas publicado por Alcantara et al. (2015), los lechones destetados a los 28 días de edad fueron desafiados con E. coli (oral, 9,8 X 108 UFC/mL) y divididos en dos grupos, control y suplementado con ImmunoWall® (a 2 kg/Tm).
El grupo suplementado presentó una mejora en la integridad intestinal (Tabla 1), disminuyó la frecuencia de diarrea, el recuento de E. coli en el yeyuno (-33%) y en las heces (-66%),
Resultó con pocas bacterias adheridas a la superficie de las vellosidades (Figura 2 y 3), en comparación con el grupo control.
Estos resultados demuestran que ImmunoWall® tiene una acción eficaz contra los microorganismos patógenos y, en consecuencia, mejora la salud intestinal de los animales.
Tabla 1. Parámetros de integridad intestinal de los lechones a los 7 y 14 días.
*Se inoculó E. coli (9,8 X 108 UFC/mL) el primer día del experimento.
**Los valores con letras diferentes son significativamente diferentes al nivel de confianza del 95%.
1, 2 – significación comparada con el momento del sacrificio y comparada con la línea de base.
a, b – significación comparada entre tratamientos en cada día de sacrificio.
Figura 2. Diferencias entre los tratamientos 7 días después del desafío.
En un estudio llevado a cabo por Isiderio y Alcántara (2013) obtuvieron mejoras en el rendimiento de los lechones (gráficos 1 y 2).
Los animales fueron destetados a los 28 días con una media de 7,53 kg y recibieron dietas con o sin ImmunoWall® (a 2 kg/TM) durante 20 días.
Los lechones suplementados con ImmunoWall® mostraron una mejora del 6,4% en la ganancia de peso corporal y del 7% en el índice de conversión.
Gráficos 1 y 2. Ganancia de peso corporal e índice de conversión de los lechones suplementados o no con ImmunoWall®.
Figura 3. Diferencias de las secciones intestinales entre los tratamientos a los 14 días después del desafío.
Immunowall® se utiliza en torno al destete para reducir el riesgo de diarrea durante las primeras fases de crecimiento, donde reduce los trastornos digestivos y mejora la integridad del intestino.
Immunowall® también puede utilizarse a lo largo de toda la vida para limitar el riesgo relacionado con los retos a los que se enfrentan los animales en su vida diaria, como la contaminación por patógenos o toxinas, y para reforzar la salud intestinal y modular la respuesta del sistema inmunitario.
Estos efectos repercuten en una mayor resistencia y en animales más sanos con mejores rendimientos de crecimiento.
ImmunoWall®, además de ser un producto natural, ha demostrado ser una solución viable en bajas dosis para mejorar el control de patógenos, la salud intestinal y la seguridad alimentaria, lo que resulta en una excelente relación coste/beneficio.
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