A las empresas de procesamiento de carne de ave de todo el mundo les preocupa el nivel de rebaja de la calificación de las canales debido a lesiones cutáneas.
¿Un rasguño en la piel significa una mala gestión y que el animal ha estado privado de bienestar durante su cría o puede verse influido por otros factores?…
El aspecto y la integridad de la piel es importante para cualquier ser vivo. Y la producción avícola no es una excepción: los rasguños de la piel afectan a la salud del ave y reducen enormemente el valor del producto final. Además, para la mayoría de los consumidores, un rasguño en la piel significa una mala gestión y que el animal ha estado privado de bienestar durante su cría. Se podría cuestionar si esa creencia es siempre correcta, pero todos sabemos que es difícil refutarla públicamente. Por eso, la prevención es la mejor solución.
La incidencia de rasguños en la industria del pollo de engorde está relacionada con muchos factores, como el espacio disponible, la gestión de la iluminación y alimentación, los cambios climáticos bruscos, el tipo y estado de los equipos existentes en la granja, la falta de alimento y el espacio en los alimentadores, la predisposición genética y la nutrición.
La piel protege al ave frente a los influjos microbianos y físicos de su entorno. Es la mayor estructura que interviene en la regulación de la temperatura corporal del cuerpo. Aunque la piel se renueva constantemente y tiene una gran capacidad para recuperarse de las lesiones, pueden quedar cicatrices visibles.
En principio, los rasguños suelen ser casi siempre heridas abiertas que permiten la penetración de bacterias en la piel. Allí pueden causar celulitis y dermatitis gangrenosa, que tendrá como resultado graves pérdidas en el rendimiento de la carne debido a un aumento de los decomisos (hasta del 7,0%; cifras de EE.UU.) .
Tradicionalmente, los procesadores de pollos se enfrentan al problema de los rasguños en los meses de primavera-verano, cuando la intensidad de la luz afecta a la actividad de las aves y el calor afecta negativamente a su plumaje.
Hace varios años, una serie de investigaciones descubrió que hay diferencias en la resistencia al daño cutáneo entre las distintas líneas genéticas. Las líneas con una tasa de crecimiento inicial más alta se cubren más rápidamente de plumas, por lo que presentan una menor incidencia de rasguños.
→ En algún trabajo anterior ya se había demostrado que el uso de dietas muy proteicas puede reducir la grasa corporal y reducir las pérdidas debidas a la rotura de la piel durante el procesamiento.
El profesor Sérgio Vieira, de la Universidad de Rio Grande do Sul (Brasil), expuso en su libro Broiler Carcass Quality que las aves con deficiencias en su estructura cutánea, que tienen una piel menos resistente, puede ser debidas a limitaciones en la síntesis del colágeno. Según Vieira, el desarrollo de una estructura física adecuada del colágeno se favorece aportando nutrientes importantes, como vitamina C, cobre y zinc.
La vitamina C reduce los niveles de la hormona del estrés y el suplemento de vitamina E en la dieta permite al ave combatir las bacterias E.coli que se multiplican bajo la piel una vez que han conseguido entrar a través de un rasguño.
Las pruebas realizadas en las que se aumentaron los niveles de magnesio y sodio, de los que se conocen sus efectos calmantes sobre las aves, mostraron resultados positivos. No obstante, el aumento de consumo de agua que conlleva causaba problemas de humedad inaceptable a nivel de cama.
Hace diez años, el Dr. Joe Hess y el Prof. Sarge Bilgili, de la Universidad de Auburn (EE. UU.), ya habían sugerido al sector avícola que potenciando la función inmunitaria del ave se podría reducir la gravedad de las infecciones resultantes de lesiones de la piel. Recomendaban utilizar productos de zinc, sobretodo en forma de complejos con aminoácidos, debido a su capacidad para fortalecer la piel y curar rápidamente los rasguños.
Dada la importancia del zinc para la integridad y curación de la piel, estos complejos pueden ser muy importantes para reducir las degradaciones de categoría relacionadas con la calidad de la piel.
En ellos se demostró que la tasa de lesiones de la piel bajaba del 42,7%, en aves a las que se administró sulfato de zinc inorgánico, al 9,6% en aves a las que se les administró complejo de zinc (figura 1).
También se confirmó que los pollos alimentados con complejo de zinc tenían menos desgarros y rasguños en la piel, lo que resultaba en una menor incidencia y gravedad de la celulitis (figura 2).
En ellos se demostró que la tasa media de lesiones en la piel entre los pollos a los que se les suministraron sus minerales de rendimiento se redujo en un 7,1% en comparación con los pollos a los que se les suministraron minerales estándar, mientras que los pollos a los que se les suministraron iguales niveles de metionina y manganeso y zinc inorgánico no alcanzaron una reducción similar en la tasa de lesiones.
Entre los pollos a los que se les suministró zinc y manganeso de Zinpro Performance Minerals® hubo un mayor porcentaje de aves sin lesiones en la piel, y ninguna con lesiones graves (nivel >3), mientras que las aves criadas con dieta control y con la misma cantidad de zinc y manganeso seguían mostrando graves lesiones (figura 3).
Se vieron importantes mejoras:
en comparación con el sulfato de zinc ordinario, mientras que no hubo efectos sobre la mortalidad total.
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