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Debido a los actuales sistemas de producción intensiva, los animales están sometidos a numerosos factores de estrés, que afectan directa y negativamente a su salud y a su rendimiento.
Entender los mecanismos fisiológicos que intervienen en la percepción del estrés y cómo se controlan, nos permite desarrollar moléculas funcionales, que actúan sobre las zonas del cerebro que controlan estos procesos, poner al alcance de los productores, soluciones sencillas y eficaces para prevenir el estrés y mejorar la producción animal.
Tipos de estrés
Podemos hablar de diferentes categorías de estrés:
Estrés y sus consecuencias en la producción de aves y cerdos
En gallinas ponedoras
Un estudio realizado por Moudgal et al. en 1991 indicó que el estrés por inmovilidad (30 minutos diarios) causa una significativa disminución en la producción de huevos.
También se estableció la relación entre el rápido crecimiento de los folículos ováricos y la producción de huevos bajo condiciones de estrés, en aves de edad avanzada.
Los efectos sobre el semen de los gallos en periodos de inanición y alta densidad, fueron investigados por Mohan et al. en 1993.
Se concluyó que esta situación generaba una disminución significativa (P < 0,05) del volumen de semen, la concentración espermática y de la actividad de la enzima convertidora de angiotensina.
En cerdas
Durante el periodo de lactación, la amplitud de la movilización de las reservas corporales varía según el ambiente.
Bajo un estrés calórico, la pérdida de grasa dorsal aumenta en maternidad (Gourdine et al., 2014), y es relevante tener en cuenta los problemas asociados a esta situación de catabolismo.
Las hembras lactantes movilizan mucha energía durante la maternidad, lo que influye directamente en el número y la calidad de lechones y en la fertilidad del siguiente ciclo de reproducción (Faccesnda, 2006; Goodband et al., 2006; Quesnel, 2005; Quiniou, 2004).
Estrés y olfato: una nueva vía para su control
El sentido del olfato está intrínsecamente ligado al “cerebro emocional”, como consecuencia, los olores son capaces de influir en el bienestar y en ciertos comportamientos de los animales.
Actualmente, el conocimiento en torno al sentido del olfato puede ser aplicado al mercado de los aditivos nutricionales que se incluyen en el alimento. Las moléculas sensoriales activas han demostrado tener efectos positivos en el rendimiento de los animales.
El equipo de investigación de Phodé se ha especializado en el impacto de aditivos sensoriales específicos que actúan sobre el comportamiento de los animales, y que favorecen la reducción de las consecuencias del estrés y la regulación del consumo de alimento en estas circunstancias.
El uso de Aditivos sensoriales en aves y cerdos
El desarrollo de aditivos funcionales se basa en la identificación de moléculas seleccionadas por su acción cerebral. El uso de un aditivo sensorial* es una de las soluciones más eficaces para modular la percepción del estrés en el cerebro y reducir el impacto negativo sobre la producción.
Recientemente, se ha demostrado (figura 1a), el impacto de los compuestos activos de este aditivo sensorial* sobre las preferencias alimenticias y la actividad cerebral en lechones destetados (Clouard et al., 2015; Val- Laillet et al., 2016).
Los compuestos activos tienen la capacidad de modular estructuras (zonas coloreadas, figura 1b) tanto del córtex como de las zonas profundas, independientemente del tiempo en que el animal haya estado en contacto con el aditivo.
Estas áreas están implicadas en el manejo del comportamiento del consumo (motivación de comer y preferencia alimenticia) y en los circuitos que influyen en el estado de ánimo.
CERDOS
AVES
Esta adaptación del comportamiento de consumo de las aves a las condiciones de su entorno, está directamente relacionada con su desarrollo, con la tasa de mortalidad y explica la mejora del índice de productividad.
El aditivo sensorial* utilizado en las prueba fue VéO Premium
Recomendaciones (la dosis es siempre 250 g/t del aditivo sensorial*)
Conclusión
Frecuentemente, el objetivo de una producción exitosa no es eliminar el estrés, sino mantenerlo en un nivel óptimo.
Paralelamente a estas condiciones de manejo, Phodé se ha centrado en modular la percepción del estrés a través de soluciones sensoriales y funcionales.
Al modular la percepción del estrés, el aditivo sensorial – VéO – eleva la conciencia ambiental de los animales, lo que favorece una mejor adaptación para enfrentarse a las variaciones en las condiciones de producción.
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